La Asociación Emergencia Social Cajas Solidarias atiende a cerca de 1.600 personas en toda Salamanca
La Asociación Emergencia Social Cajas Solidarias continúa trabajando incansablemente para llevar comida a la mesa de todas las familias de Salamanca que lo necesiten. En la Asociación llevan 6 años trabajando sin ningún tipo de ayuda pública, recibiendo apoyo de la Unión Europea, el banco de alimentos y donaciones de particulares. Su local se encuentra en la calle Escultores que pagan con donativos. Cada sábado, citan a las familias, que reciben alimentos básicos. Un total de cuatro grupos de repartos por cada fin de semana, con citas individuales a una hora determinada para evitar aglomeraciones que puedan propagar el Covid-19. La cantidad de gente es tal que en ocasiones avisan a la Policía Local para que vigilen el orden en las colas. para muchas familias es la única oportunidad que tienen para conseguir alimentos como pasta, arroz, conservas, aceite y zumos que les permita comer una semana más.
Su presidente, Javier Garcia, afirma que la Asociación funciona muy bien gracias a su organización: "Pese al gran volumen de trabajo, no nos vemos desbordados. Trabajamos de forma muy ágil. Los sábados tenemos al grupo más flojo y siguen atendiendo familias que necesiten de su ayuda". El perfil de familias que reciben ayuda ha ido cambiando con el tiempo: "Si que es cierto que al principio atendíamos a familias que les costaba llegar a fin de mes mirando el tema económico, con una prestación justita. Luego ese perfil de familia cambió sobretodo cuando llegaron familias extranjeras como latinos y el Covid-19 ha acentuado ese factor y cuando abran fronteras va a haber un aumento. Familias latinoamericanas ya han contactado con la asociación para venir en cuento abran los aeropuertos. El covid ha cambiado el perfil de las familias, y el hecho de que hayan fallecido muchos mayores ha afectado también a gente latina que se encargaban de sus cuidados por lo que han perdido ingresos y no tienen recursos, no tienen derecho a prestaciones porque no tienen papeles y trabajaban en negro". García resalta lo precario de su situación: "Hay gente come única y exclusivamente lo que le damos, no tienen nada más".
Además están los que tenían pequeños negocios y han cerrado, gente que vivía con desenvoltura y que tras la crisis económica han pasado a tener que pedir ayuda. "En unos meses se acaban los erte, los subsidios y el ingreso mínimo vital no esta funcionando bien y que los ingresos bajan un 80%? cada semana aumenta el número de gente que acude a nosotros", finaliza Javier García. En total se atienda a unas 500 familias, unas 1.600 personas en total, y solo en la última semana se ha incrementado el número en dos familias más.