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Se está hablando. Se va a hablar mucho más. La vuelta al cole está ahí, en la aquella esquina, la que está dos manzanas más allá.
Discuten padres y profes, lógico. Lo hacen sindicatos, gobiernos autonómicos, contertulios, marujas, cayetanos y políticos variopintos. Lo mejor, es que, según quien adopte la medida, el discurso es uno u otro. Parcial, inmutable, siempre el mismo. Discursos que tratan de demostrar que los suyos lo harían mejor o que, si lo hacen peor, es porque los que no son suyos no les han dejado hacerlo mejor.
Asco de sociedad de reproches sin soluciones, de acusaciones sin aportaciones, de mentiras, bulos, inventos e injurias.
Ojalá los peques, las peques, sean capaces de demostrarnos la sensatez de regresar al aula para aprender, jugar, convivir? Seguro que lo hacen, pero no les haremos caso: los adultos hemos sido infectados por el virus del odio, la incoherencia y la falta de empatía.