OPINIóN
Actualizado 25/08/2020
Alfredo Pérez Alencart

El poeta Álvaro Alves de Faria en el Colegio Fonseca de la Universidad de Salamanca (foto de Jacqueline Alencar)

Casi tres lustros suma la genuina amistad que me religa al notable poeta brasileño Álvaro Alves de Faria. Admiré su poesía antes de conocerlo en persona: su Poesía fue su magna carta de presentación. Nuestro amigo común, el editor portugués Jorge Fragoso, desde Coimbra me pidió traducir algunos poemas del escritor paulista. Tras recibir su obra completa hasta 2005 y leer sus versos todos llenos de Poesía, traduje muchos, los cuales se albergaron más adelante en la antología "Habitación de olvidos". Fue un honor para mí hacerlo entonces y luego, y ahora mismo, cuando termino de traducir este soberbio poema que tiene a nuestra ciudad como centro de su propio retorno a los orígenes, a la Iberia de sus padres portugueses. Él ha adoptado a Salamanca y no al revés. Él es el amante.

Me dice que se siente honrado al dedicarme el texto, y yo le expreso mi pública gratitud. Eso es todo.

Alves de Faría, la Plaza Mayor y la luna (2007)

SALAMANCA

Para Alfredo Pérez Alencart

Me encanta entrar en la Catedral

acompañado de Unamuno,

con quien intercambio palabras indescifrables

porque la poesía alberga misterios

que el poema no sabe explicar.


Salamanca vive en mí

como un alma,

de aquellas que pecan siempre

y nunca reciben el perdón.

Estas calles pertenecen

a mis zapatos sin rumbo

que recorren señales antiguas

cosidas en mi piel.

Quiero de Salamanca

lo que la poesía puede ofrecer

y de ella extraer silencios

que no sé descifrar

pero que siento muy dentro de mí.

Salamanca es una mujer

a quien dedico mi amor

con antiguos juramentos propios,

aquellos que conservo

en el estuche de lo que me resta.

En mí está ese paisaje

que de mí ya forma parte,

aquel que me permite vivir todavía.

(Traducción de A. P. A.)

Alfredo Pérez Alencart y Álvaro Alves de Faria en el Centro de Estudios Brasileños de la Universidad de Salamanca (foto de Jacqueline Alencar)

SALAMANCA

Para Alfredo Pérez Alencart


Gosto de entrar na Catedral
junto com Unamuno,
com quem troco palavras indecifráveis,
porque a poesia guarda mistérios
que o poema não sabe explicar.

Salamanca vive em mim
como uma alma,
essa que peca sempre
e nunca é perdoada.

Estas ruas pertencem
aos meus sapatos sem destino
que caminham sinas antigas
costuradas em minha pele.

Quero de Salamanca
o que a poesia pode oferecer
e dela retirar silêncios
que não sei decifrar,
mas sinto no fundo de mim.

Salamanca é uma mulher
a quem dedico o meu amor,
com juras antigas de mim mesmo,
aquelas que guardo
no estojo do que me resta.

Está em mim essa paisagem
que de mim já faz parte,
aquela que ainda me faz viver.



Álvaro Alves de Faría leyendo en el Teatro Liceo de Salamanca (foto de José Amador Martín)

Álvaro Alves de Faria (São Paulo, Brasil, 1942), es una de las voces esenciales de su país, donde ha recibido dos Premios Jabuti (los más prestigiosos de Brasil) y tres premios de la APCA por su dedicación al libro en sus vertientes de periodismo cultural y crítica literaria .Como poeta, los más recientes galardones otorgados han sido el "Premio de Poesía y Liberdad Alceu Amoroso Lima" (Río de Janeiro, 2018) y el "Premio Guilherme de Almeida de Poesía" (São Paulo, 2019). El poeta es autor de más de 50 libros en Brasil, especialmente en poesía. También es autor de obras de teatro y periodismo. Otros 21 libros los ha publicado en Portugal, además de los 8 aparecidos en España. Alves de Faria se considera un militante de la poesía desde los tiempos de El sermón del Viaducto, en los años 60, cuando realizó 9 recitales en el Viaducto do Chá, en São Paulo, con micrófono y cuatro altoparlantes. Por este motivo fue detenido cinco veces por la Policía. El Sermón del Viaducto acabó siendo prohibido. Hacia finales de los 70 la censura también prohibió su libro 4 Cantos de Pavor y Algunos Poemas Desesperados. En los años 80 su obra de teatro Sálvese quien pueda que el jardín se está incendiando, que recibiera el Premio Anchieta de Teatro, en su momento uno de los más importantes de Brasil, también fue prohibida de llevar a escena durante ocho años. En 1969 el poeta estuvo preso durante 11 meses como subversivo y por dibujar los carteles del entonces Partido Socialista Brasileño. Tres años después recibió un disparo en el oído, cuya bala todavía está alojada en su cabeza, como herencia de la dictadura militar brasileña. Fue homenajeado por el Encuentro de Poetas Iberoamericanos del año 2007, publicándose un antología suya titulada "Habitación de Olvidos".

Faria, Pinto, Alencart, Fernández Labrador y Oliveira, en la Sala de la Palabra y durante la presentación? de la antología "Salamanca, raíz de piedra y letras", coordinada por Victor Oliveira Mateus y editada por Joao Artur Pinto en Labirinto, en coedición con Edifsa.


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