OPINIóN
Actualizado 23/08/2020
Soraya Herráez y Rebeca Martín

En tiempos tan complicados como los que vivimos no podemos olvidar lo importante que es seguir aprendiendo, y enseñando. Hay una escuela tan grande como el mundo y está en las casas, en los parques, en los padres y en los gobiernos, en las terrazas y en las cabezas de todos. Hay lecciones fáciles y difíciles pero de aprender no se acaba nunca. Ni de enseñar. Pensadlo. Estamos siempre a tiempo.

Hoy compartimos esta reflexión gracias a este increible libro del maestro Gianni Rodari, "Una escuela tan grande como el mundo", publicado por la editorial Picarona. Él no vivió una pandemia pero siempre tuvo claro que la creatividad era una de las claves fundamentales para poder hacer del mundo un lugar mejor. ¿Y sabéis cuál es la otra clave? Cuidar mucho las palabras. Palabras como estas que componen su relato, ¡disfrutadlo!

Hay una escuela grande como el mundo.

Allí enseñan maestros, profesores,

abogados, albañiles,

periódicos, televisores,

carteles callejeros,

el sol, los temporales, las estrellas.

Hay lecciones fáciles

y lecciones difíciles,

feas, bonitas y así así.

Allí se aprende a hablar, a jugar,

a dormir, a despertarse,

a bienquerer e incluso

a enfadarse.

Hay exámenes a cada momento,

pero no hay suspensos:

nadie puede parar a los diez años,

a los quince, a los veinte,

ni descansar un solo instante.

De aprender no se acaba jamás,

y aquel que no sabe

es siempre más importante

que aquel que sabe ya.

Esta escuela abarca todo el mundo.

Abre los ojos:

tú también eres un alumno.

!Feliz domingo¡

Rebeca Martín

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