Una vez más, el ayuntamiento ha debido presionar a la Confederación hidrográfica del Duero (CHD) para desatascar varios proyectos relacionados con el Tormes a su paso por Tejares y Huerta Otea (urbanización de la zona norte de Tejares, pasarela peatonal, fábrica de luz). La Constitución habla de la necesaria coordinación de las administraciones, que deben actuar con eficacia, pero este es un buen (menor dicho, un mal) ejemplo en sentido contrario. A la vista de la gestión de la CDH en esta zona parecería que sólo existe para poner palos en las ruedas y retrasar las cosas, sin que, por otro lado, haya hecho nada positivo, a diferencia de lo que ocurre aguas abajo (Villamayor) y aguas arriba (Santa Marta), donde el río está cuidado y con paseos e instalaciones de ocio atractivas. Aquí ni se molestan en limpiar los cauces y las riberas. Llevamos muchos años hablando del plan Tormes +, o EDUSI, que comprende un programa ambicioso de actuaciones relacionadas de un modo u otro con el río, y parece como mínimo extraño que a estas alturas aun estemos pendientes de lo que diga o deje de decir la Confederación. Pero dejemos esto de momento.
Uno de los proyectos en curso es la pasarela peatonal con carril bici que conectará Huerta Otea con Tejares en la zona dedicada a huertos urbanos, con un presupuesto o de 1,5 millones de euros (trazado rojo del plano). Ahora bien, si hay un ámbito municipal donde es necesaria la visión a medio o largo plazo, es el urbanismo y, en esa perspectiva, la cita la pasarela no es una buena solución. Tengamos presente que al oeste de Huerta Otea hay previstos dos planes parciales (Marín I y II), con más de 2.000 viviendas en total que, aunque con retraso, ya se están construyendo. Es una zona que necesitará, entre otras cosas, una red viaria que la conecte con el resto de la ciudad y muy especialmente con la zona sur del río. Ahora mismo, esa conectividad es muy deficiente, pues para alcanzar esa zona hay que ir hasta el puente de la universidad, a unos dos kilómetros de los bloques más alejados, ya construidos y habitados, al lado de la gasolinera de El Marín.
Ante esta situación, nos preguntamos los motivos por los que el ayuntamiento ha ignorado lo que el Plan general de ordenación urbana tiene previsto para comunicar ambas orillas del río en esa zona: un puente para tránsito rodado en prolongación de la avenida Juan de Álava (trazado naranja del plano), que daría la salida a los planes parciales aludidos hacia las avenidas de Ignacio Ellacuría y de Juan Pablo II. Sin duda los planificadores consideraron esta solución como la más idónea y por ello la calificaron como viario vinculante, es decir, de obligada realización.
Quizá el ayuntamiento nos diga que ese puente queda pendiente para más adelante, cuando se construyan los bloques más cercanos, pero en ese caso la pasarela peatonal nos parece un gasto innecesario, teniendo en cuenta que el puente previsto en el plan podría ser compatible con una vía peatonal y carril bici, como ocurre en otros puentes de la ciudad. Está de más recordar que la planificación urbanística tiene fuerza de ley y más aún para los ayuntamientos, que son sus autores y los responsables de su aplicación.
(Web del Ayuntamiento. Plano parcial de Salamanca (PGOU). El plano está capturado sin más modificación que la línea roja y la estrella, que indica la planta de limpieza de vehículos de la basura, otra de las meteduras de pata conjuntas del Ayuntamiento y de la CHD, sobre la que pesa una sentencia de ilegalidad del tribunal supremo contencioso de Castilla y León pendiente de ejecución).