Nieves Prieto, psiquiatra del centro de salud de San Juan, detalla los miedos más comunes frente al Covid-19
La enfermedad del Covid-19 provoca síntomas físicos complicados de tratar y que tienen en jaque a los servicios sanitarios de todo el mundo desde hace meses. Sin embargo, la situación de pandemia no solo afecta a la salud física de las personas, sino tambien al estado anímico del público. Nieves Prieto, psiquiatra del centro de salud de San Juan, comenta los miedos mas comunes en esta época del coronavirus.
¿Cómo ha influido la pandemia en la salud mental del público en general?
La verdad es que hemos notado un empeoramiento general. Para empezar, se están viendo casos nuevos de personas que no tenían padecimientos psiquiátricos anteriores y que empiezan a presentar ansiedad fuerte, insomnio, miedo a contagiarse y a contagiar a familiares y seres queridos. Miedo a salir a la calle. Miedo que les lleva a huir a hacia los pueblos. O personas que lavan y desinfectan todo de manera compulsiva.
También hemos observado un aumento de comportamientos en aquellos pacientes que ya poseían algún tipo de patología ansiosodepresiva. Casi todos han experimentado un empeoramiento ya que muchos se han recluido en casa y no han podido practicar muchas actividades que les ayudaba a sobrellevar su situación, como hacer deporte o socializar con amigos, y han terminado dando un paso atrás en sus afecciones. La depresión y el insomnio al final tiene consecuencias físicas, llegando incluso a la pérdida muscular y deben ser tratados en centro de fisioterapia.
¿Las dolencias mentales son la parte oculta de las consecuencias de la pandemia?
Sí que son de las más desconocidas. Naturalmente una infección vírica tiene consecuencias físicas, pero la situación de urgencia es que la provoca los daños mentales. Si la mente enferma, enferma el individuo entero. Si la mente enferma, entonces su trabajo, su ocio, sus relaciones personales también empeoran. Si encima es un paciente con dificultades sociales, todo esto se empeora. Creemos que habrá un otoño con muchos casos en psiquiatría.
¿El final del estado de alarma, con todo el público saliendo en masa a la calle ha tenido consecuencias anímicas?
He visto pacientes que cuando dieron permiso para salir a la calle que lo hicieron tan tanto entusiasmo que terminaron provocándose daño. Como algunos que comenzaron a practicar deporte con tal intensidad que terminaron lesionándose. En cambio, otros lo que han desarrollado es agorafobia. Miedo a salir a la calle y compartir espacios con el resto del público, temerosos de ser infectados nada más cruzar la puerta de sus hogares. Con miedo a los espacios abiertos y a relacionarse con otras personas.
¿La gran cantidad de información que hay sobre el coronavirus ha influido en estos comportamientos?
Conozco casos de parejas de personas mayores en que uno tiene que racionarle el telediario al otro para que no esté durante horas viendo noticias sobre la pandemia. Porque cuantas más noticias veía, más miedo a salir de casa tenía. El exceso de información se puede traducir en muchos casos en un temor, en este caso a ser infectado, que si bien es un riesgo real, puede convertirse en un problema mental. Además la información sobre los rebrotes provoca mucha inseguridad y muchos pacientes preguntan constantemente sobre las medidas de seguridad. Y al final muchas personas se terminan aislando en casa por miedo y es algo que tampoco es sano para la mente.
¿Estos problemas también afectan a los jóvenes?
Naturalmente. No están exentos en absoluto. Muchos se han visto desplazados de su grupo de amigos. Otros han tenido que abandonar el curso a la carrera y a la mitad. Aunque hacen más uso de las redes sociales, hasta ellos saben que no se puede sustituir el contacto personal. El mayor problema de los jóvenes es que tienen menos miedo. Infravaloran el riesgo, son jóvenes y muchos piensan que solo afecta a los mayores. A esto le sumamos el miedo que experimentan muchos de infectar a seres a queridos por su culpa. Todo esto puede derivar en comportamientos de escapismo con grupos de amigos y terminan practicando actividades de mucho riesgo como botellones o reuniones sociales en los que olvidan unas normas de seguridad que les cuesta cumplir.
¿Qué consejos le da al público sobre salud mental en tiempos de pandemia?
Siempre recomiendo que se encuentre una satisfacción personal que nos llene. Ya sea el trabajo, un hobby, estar con la familia o encontrarse a gusto con uno mismo. Eso eleva mucho el amor propio y permite afrontar la situación con mayores garantías. Otro consejo que damos es que se administre el tiempo de manera racional, respetando especialmente tiempos de descanso y esparcimiento. Muchas personas al estar en casa con tiempo de sobra, sin seguir horarios de ningún tipo, es altamente perjudicial. Es importante seguir una rutina. Y finalmente recomendamos pensar en positivo, y la mejor manera de conseguirlo es respetando las normas sanitarias. Siempre llevar mascarilla, respetar la distancia de seguridad y evitar comportamientos de riesgo, como celebraciones sociales o botellones sin seguridad. Esto puede provocar pensamientos de culpabilidad al saber que no se está obrando debidamente.