Dicha "Quinta Ley" reza así: "El mejor liderazgo es el que menos se nota". Entre otras cosas porque el verdadero líder mueve a sus equipos con su sólo ejemplo y logra que todos avancen juntos en una misma dirección, con armonía y entusiasmo. Y todo ello sin caer en el clásico error de pensar que los profesionales son patrimonio de los jefes. La Liga española 2019/20 finalizó y acumuló muchísimas enseñanzas precisamente en los 11 últimos partidos que contemplaron los protocolos necesarios para sortear todas las amenazas del coronavirus.
Asegura George Bernard Shaw que "Las personas siempre culpan a las circunstancias de lo que son. Yo no creo en las circunstancias. La gente que avanza en este mundo es la que persigue y busca las circunstancias que desea y, si no las encuentra, las crea". El barcelonismo se ha amparado en dichas circunstancias para justificar sus errores, es decir, sus responsabilidades. Este fin de semana, el presidente Bartomeu volvió a incurrir en el "victimismo" habitual manejando las típicas especulaciones con el VAR.
El jugador número doce no está permitido en el reglamento de fútbol, jugador virtual que existe en la mente de los jugadores pero que en este período final de la Liga no existió para beneficio ni perjuicio de ninguna de las aficiones. Situación que se extenderá para el inicio de la próxima Liga, sobre todo si los rebrotes siguen apareciendo. Y quizás sea necesario dejar aquí el pensamiento de Irene Peter: "Hoy día, si no está uno confuso es que no piensa con claridad". Por eso es tan interesante la "Quinta Ley del Flautista de Hamelín".
Salamanca, 30. Julio. 2020.