Mucho adeudan los poetas croatas a la doctora ?eljka Lovren?i?, excelente traductora, antóloga y ensayista, quien los está haciendo conocer en nuestro idioma. Uno de ellos es Tomislav Marijan Bilosni?. También un buen número de poetas y narradores de lengua castellana le adeudamos lo propio por la traducción y difusión de nuestros escritos, ya trasvasados a la lengua croata.
Acaba de publicarse en Salamanca, bajo el sello editorial de Trilce Ediciones, el poemario "AFRICA", de Bilosni? con traducción de Lovren?i?, el cual haremos conocer por España e Hispanoamérica.
Me pidieron un pórtico para la obra. He aquí:
Portada de 'Africa', de Tomislav Marijan Bilocnic
EL TIGRE VOLVIÓ AL ORIGEN: ÁFRICA
I.
Se tiene o no se tiene el don para escribir Poesía. Los hay bien intencionados; los hay envanecidos hasta de su pobre escritura; los hay? En definitiva, hay quienes a duras penas convencen a pocos con versos carentes de Poesía. Y esto es así porque la Musa no conoce ?ni desea conocer? la dirección donde se aposentan y/o perpetran sus textos: no quiere que luego el vulgo la señale como cómplice.
Tomislav Marijan Bilosni? forma parte del selecto equipo titular de elegidos, de esos que escriben Poesía por necesidad existencial, no por el embeleso sino por seguir interrogándose por qué seguimos vivos; también por si formamos parte del éxodo o del exilio, o porque no quiere olvidar al olvido que persiste en hacernos amnésicos. El croata se instala en las preguntas donde el mismo tiempo germina, y trata de responder mucho de lo que posiblemente nunca ha podido ver, pero sí sentir o intuir: ese resultado lo entierra en el poema para que luego brote hasta hacerse fruto en aquellos que escuchan o leen su obra.
Y allí nos deja un bosque de señales,
un lugar para la cita.
II.
La nueva obra de Bilosni? se instala en la cuna de los orígenes del ser humano: va allí con una lámpara que mece como un niño en lo más oscuro de la noche: va allí para encontrar la médula perdida o la identidad perpetua de la humanidad: va allí abrumado de vacíos que derivan de tantas insensateces y contiendas de quienes todo les sobra: va allí buscando deslumbramientos diurnos e invocaciones que nadie quiere oír. Entonces dice:
El hombre es África
pie grande
el tiempo
aislado antes del comienzo?
He repetido "va allí" y lo cierto es que no sé (ni quise saber) si Tomislav ha pisado suelo africano. Posiblemente haya estado en algún país de la negritud, pues es un hombre muy recorrido: le bastó poner un pie en Cuba y ya 'conquistó' todo el subcontinente americano, como lo prueba su libro Havana blues, publicado en 2019, donde mi Perú natal es otro de los núcleos temáticos de su ofrenda a esos vastos territorios del delirio donde se habla el castellano.
No es necesario estar ante determinado paisaje para escribir sobre él. Recuerdo una anécdota descrita por Borges: un joven escritor argentino se acercó a su casa de Buenos Aires y le rogó una carta de presentación para optar a una beca, pues quería escribir una novela ambientada en California y pretendía hacerla en in situ. Borges, comprensivo, hizo la carta pero también le dio un consejo, que yo anoto de memoria: si usted desea escribir una novela, inténtelo, porque yo nunca he podido pasar de hacer breves relatos. Ahora, si para escribir una novela sobre California tiene que estar allí, veo que empieza mal, porque no es necesario tal desplazamiento.
Bilosni? ocupa su lugar y sabe qué hacer con tanto pasado. Por ello va a los orígenes:
Nacimos en África
en el sol que golpea las cimas de las montañas
en el oro lleno de hormonas
en tiempo repleto de vida
de agua y milagro
en medio de la noche
con el olor de la mujer negra
en las profundidades
que el cielo inventó para sí mismo
De África viene mi antepasado?
El "Tigre" Tomislav Marijan Bilosni? en la Sala de la Palabra (foto de José Amador Martín)
III.
'África' es una obra maestra, total y abarcadora, donde el sentimiento y el pensamiento fluyen en un lenguaje que se hunde en las raíces: Bilosni? descree de la repentina verdad de cualquier improvisado versificador sobre temas africanos y, por ello, se decanta por la realidad atisbada, que es doblemente verdadera más allá de las imágenes: hay una erupción unánime de nuestro pasado como seres humanos, pero también de árboles y animales en fervoroso trajín.
A Tomislav también se le conoce con apodo de 'El Tigre'. Su magna obra así titulada es buena muestra de su querencia a este felino. Y claro, doloroso le fue constatar la ya antigua extinción de los tigres en África, su hogar primigenio. He aquí un fragmento:
¿Y por qué no hay tigres en África?
África es en sí el tigre
imperio del tigre de aquel mundo
el primer hogar del tigre?
el tigre es el negro
untado con los colores guerreros?
El tigre de Siberia todavía sueña con África
el tigre de Bengala por eso siente fiebre?
Cierto, le digo. También los tigres-jaguares de la Amazonía americana tienen esa nostalgia del suelo africano. Por ello le he conseguido un otorongo negro de esas selvas mías, extraño y en peligro de extinción, para que le acompañe por lo que resta de su itinerario vital.
El futuro respira
y siempre está por suceder:
estoy convencido
de que al fin regresará,
amigo Tomislav.
Otorongo de la Amazonía
IV.
Destaqué que es una obra abarcadora, puesto que también incluye textos sobre ciudades del Magreb o del desierto de Malí, como podemos apreciar especialmente en aquellos dedicados a Tombuctú y Casablanca:
Quitando la piel a la Tierra
pelando
granos de la arena
ellos viajaron a Tombuctú
ni pensar en el regreso
Sabían por adelantado
como para siempre
será secreto
?eljka Lovren?i? en la Sala de la Palabra (foto de Jacqueline Alencar)
V.
Termino resaltando el valioso aporte de ?eljka Lovren?i?, inestimable traductora que, entre otros autores croatas, nos viene haciendo conocer los frutos de un poeta-poeta llamado Tomislav Marijan Bilosni?, a quien aprecio como amigo y admiro como creador.
Tigre, sé de seguro
que tu alma está en África.
Alfredo Pérez Alencart
Febrero y en Tejares (2020)
Alfredo Pérez Alencart y Tomislav Marijan Bilosnic, en el Colegio Fonseca de la Universidad de Salamanca (foto de Jacqueline Alencar)