La pandemia impide este año el desarrollo de sus actos más arraigados como la capea nocturna, la novillada, las verbenas y la paella popular
Los vecinos de Sobradillo no podrán disfrutar este año de las Fiestas en honor de su patrón, Santiago Apóstol, suspendidas por decisión unánime de la Corporación municipal "ante la incertidumbre de no saber de qué manera y en qué condiciones se podrían desarrollar los actos previstos" como consecuencia de la COVID-19.
La pandemia que sigue al acecho en todo el mundo, impide el desarrollo de las fiestas de Santiago con sus tradicionales y arraigados actos, como la capea nocturna y otros espectaculos taurinos, la cabalgata al Prao del Toro, las verbenas o la multitidinaria paella que despide las jornadas festivas en este municipio del Abadengo.
Tan sólo se celebrará una misa en honor de Santiago, hoy, 25 de julio, a las 13.00 horas, misa con aforo liitado de fieles y sin procesión, siguiendo las normas en vigor. La imagen del Santo Peregrino, recientemente restaurada, no podrá salir a la calle. Los sobradillenses solo podrán cotemplarla en su lugar del altar mayor de la iglesia, también dedicada a Santiago. Un altar que ofrece una reluciente imagen tras la completa restauración a la que ha sido sometida. La visita a este templo merece la pena hoy, día de Santiago, o cualquier otro día de este verano.
Ayer, víspera de Santiago, se habría celebrado la cabalgata al Prao del Toro, el pregón y la elección de la Reina y Damas de Honor juvenil e infantil y de sus correpondientes caballeros. El coso taurino, que estaría instalado en la Plaza mayor de la localidad, se habría llenado de aficionados, vecinos de todos los pueblos del Abadengo, para disfrutar de la capea nocturna, uno de los actos más atractivos de las fiestas de Sobradillo, junto a las verbenas.
Hoy, además de los actos religiosos se habría programado una novillada o clase práctica de toreo, así como una verbena. Y mañana, los muchos sobradillenses que pasan sus vacaciones en su pueblo de origen y los residentes habituales echarán de menos la paella popular en la Chopera de la ermita de San Sebastián, uno de los momentos más entrañable de las fiestas, que vivirán con más intensidad que nunca el próximo año.