El carácter positivo de la primavera lluviosa se ha visto contrarrestado por problemas con la implantación del cultivo en determinadas parcelas
Estos días los campos de girasoles comienza a destacar por el amarillo de sus flores. Pronto mostrarán su aspecto más llamativo para atraer a los insectos polinizadores.
En relación al estado del cultivo, a nivel general, entre las superficies destinadas a este cultivo se ven claras diferencias, desde los cultivos uniformes sanos con buen porte gracias al agua caída en primavera, hasta las parcelas desiguales por diferentes causas.
En relación a los problemas detectados durante las primeras fases de cultivo, Alberto García, técnico de Agrícola de Arriba, destaca tres, que han sido "falta de tempero cuando se ha sembrado en seco, ataques de rosca debido a la humedad de esta primavera, y la avutarda". En este sentido, García explica que si son precisas "50.000 plantas por hectárea en secano y tengo 25.000, no puedo esperar una buena producción". No obstante los girasoles bien implantados gozan de buena imagen y si les ha llovido con las últimas tormentas, estas también han beneficiado al girasol.