Atípica, sí, pero cargada de emoción y alegría a partes iguales. Así ha sido el acto que este sábado ha vivido el CD Peñaranda para celebrar su ascenso de categoría a Tercera División, en el que no han faltado palabras, gestos, agradecimientos y sobre todo la unidad que caracteriza a la gran familia morada.
El Teatro Calderón era el lugar elegido para realizar el evento, en el que estuvieron presentes tanto la directiva, como la primera plantilla, cuerpo técnico y una representación de la Corporación Municipal, con la alcaldesa Carmen Ávila a la cabeza. Momentos de mucha intensidad cuando el presidente del Peñaranda, Carlos Leonardo, daba la bienvenida, asegurando que "nos hubiera gustado celebrarlo con 4.000 personas en el campo, compartir este día junto a mucha más gente, pero las circunstancias nos obligan a tener que vivirlo así. Hace más de tres meses que no nos vemos y ha llegado el día de celebrar y disfrutar" además de hacer un agradecimiento a toda las empresas y personas que han estado apoyando al Club, subrayando que "hemos conseguido algo que hace 55 años que no pasaba, pero que quede bien claro que íbamos primeros, los puntos que teníamos n
o nos los ha regalado nadie y los hemos ganado en el campo, eso es incontestable".
La alcaldesa de la ciudad, Carmen Ávila, recibía una camiseta enmarcada con la que se recordara este momento en el Ayuntamiento, asegurando durante su discurso que "estamos todos muy orgullosos de vosotros, de lo que habéis conseguido y del trabajo realizado. Peñaranda y su Ayuntamiento estaremos siempre con vosotros, para que el Club siga adelante y seguir cosechando éxitos como el de ahora. Nadie os ha regalado nada, todo ha sido fruto del trabajo colaborativo y el esfuerzo".
Uno de los momentos más esperados era cuando el presidente Carlos Leonardo hacia entrega a la regidora municipal de la nueva equipación que lucirá el equipo la próxima temporada, que mantiene la esencia morada, aunque con nueva combinación de tonos.
La entrega de 300 euros recaudados por el Club a Caritas Peñaranda o la recogida de originales fichas por todos y cada uno de los integrantes de la primera plantilla y un obsequio de parte del Ayuntamiento, marcaron los compases finales de un día festivo que continuaba con una comida de hermandad y la posterior fiesta.