Hace un par de años escribí un artículo sobre Silente, libro de poemas presentado en la Casa de las Conchas por su autora, Sofía Montero. Aquello lo titulé El Mundo de Sofía, porque esta mujer, que nos ha dejado hace pocas horas, tenía una talla de vestimenta adolescente en multitud de diseños policromados de efectos visuales en los demás realmente llamativos. Sofía, físicamente, nunca pasaba desapercibida. No era Sofía una activista cultural en esta ciudad pero estaba metida en casi todos los contubernios y saraos culturales posibles. Ella quería figurar en cualquier esquina donde se leyeran poemas ( era habitual en el Micro Abierto del Alcaraván, por ejemplo) y cuando me la encontraba, que era con mucha frecuencia, o iba o venía a algún recital, tertulia, curso de creación literaria, presentación de algún libro etc?
En los eventos de los últimos años donde el libro es protagonista, 23 de abril o Feria del libro, ella disfrutaba en la firma con los lectores de sus librillos de poemas infantiles, o para adultos (Ojal para la magia, Poema, Poemita, poemazo, etc). Todo un personaje Sofía, cuyo universo poético está repleto de auras donde brujulea siempre el tiempo, el amor o la desidia nostálgica de los recuerdos y sentimientos encontrados.
Con su guitarra nos cantaba unas canciones llenas de ingenuidad y simple textura y ella se desenvolvía en los escenarios con la comodidad y suficiencia desinhibida de quien está tomando un café en casa con amigos.
Sofía presentaba, a ojos del resto, en su imagen personal, algo diferente, distinto, desigual y eso, a algunos, evidentemente, incomodaba.
En mi memoria quedará impregnado el recuerdo de la Sofía amable, original e insólita de su personalidad. Como poeta me quedo con la ternura de su expresión y la delicadeza de su lenguaje.
Descansa en paz amiga.