A. P. Alencart (en la pantalla) y Leopoldo Rodrígues, presidente de la Junta de Freguesía de Castelo Branco (foto de Milola Gouveia Barata)
El sábado 4 de julio, en la sede del Museo Cargaleiro de la ciudad lusitana de Castelo Branco, se presentó la segunda edición del Premio Internacional de Poesía António Salvado - Ciudad de Castelo Branco.
No pude estar presente por diversos motivos, pero sí intervine ?como presidente del jurado- en el acto con público y para la prensa, gracias a los artilugios de grabación insertos en mi ordenador, a Zoon y a la deferencia de Leopoldo Rodrigues, presidente de la Junta de Freguesia, que insistió acogerme, al menos en imagen y voz, en esa entrañable ciudad, conocida por los romanos como Albi Castro.
A. P. Alencart, Leopoldo Rodrígues, Luís Correia y Jorge Pires (foto de Milola Gouveia Barata)
Aquí el orden de la intervenciones:
1. Jorge Pires - músico
2. Milola Gouveia Barata ? leyendo un poema de Maria João Pessoa, Premio en lengua portuguesa.
3. Leopoldo Rodrigues
4. Alfredo P. Alencart
5. Luís Correia
6. José Pires ? Leyendo un poema del mexicano Gerardo Rodríguez, Premio en lengua castellana.
7. Jorge Pires - músico
Y aquí una síntesis de mi intervención:
Captura de pantalla
Desde hace más de cuatro lustros Castelo Branco no es para mí un ciudad cualquiera, pues todas las veces que vuelvo a la capital de la Beira Baixa, lo hago no como un forastero o turista cualquiera. Y si hace dos años me conmovió estar cuando se presentó la primera edición del Premio Internacional de Poesía Ántonio Salvado-Ciudad de Castelo Branco, ahora, cuando se presenta la segunda convocatoria de este premio bienal, me conmueve la entrega de una ciudad (su Câmara Municipal y su Junta de Freguesia), honrando al notable poeta António Salvado, un vecino suyo nacido en 1936. Estoy convencido que este premio está llamado a convertirse en referencia a uno y otro lado del Atlántico, pues destacable es que se busque premiar a dos poetas a la vez, uno en la lengua de Camões y otro en la lengua de Cervantes, sin importar el país de procedencia. Agradezco a Castelo Branco y a sus autoridades por decidir que en mí recayera la presidencia del jurado que otorgue el premio, allá por el mes de febrero de 2021. Un honor, es cierto, pero también una grande responsabilidad.
Finalmente leí un poema de António Salvado, dedicado a su ciudad y traducido por mí:
Gerardo Rodríguez y António Salvado, con el libro premiado, el pasado mes de octubre (foto de Jacqueline Alencar)
ALBI CAST(R)O
Donde las piedras dibujan la ladera
y los olivos testimonian paz
Una línea de luz que vibra y arrulla
en la soledad del lejano y extenso espacio
Las flores de la infancia en la puesta de sol
como poema anterior a la escritura
y entre el granito el amanecer: el soplo
calmo de las viejas calles viejos sitios
Amurallada en su estar dormida
de blanco lienzo al pecho encastillado
unos ojos quedan tristes por partir
unos ojos parten tristes por quedarse.
Milola Gouveia leyendo el poema de Maria Joao Pessoa
Desde mi pisito a orillas del Tormes, va mi gratitud a todos los albicastrenses. También mi enhorabuena por haber consolidado este premio de dimensión internacional.
(A partir de mañana se publicarán las bases en medios de comunicación de España, Portugal e Iberoamérica).
José Pires, leyendo el poema del mexicano Gerardo Rodríguez (foto de Milola Gouveia Barata)
Alencart, Salvado, Leopoldo Rodrigues, Gerardo Rodríguez y Luís Correia, en octubre pasado (foto de Jacqueline Alencar)