Muchas personas han aprovechado la posibilidad de volver a su segunda vivienda
Las casas de los pueblos se han llenado tras el fin del estado de alarma. No sucede lo mismo con las calles, pues las personas evitan salir para prevenir lo máximo posible el posible contagio de coronavirus, tanto las que residen habitualmente en estas localidades rurales, como las que han llegado para pasar sus vacaciones. Esto está sucediendo en localidades como Cantalapiedra, donde en otras ocasiones las llegadas se producen de una forma más escalonada durante todo los meses de verano, con un incremento sustancial en los días previos a las fiestas y durante las mismas. Destacando la intensidad de actividad en la localidad en agosto y primeros días de septiembre.
Aunque la incertidumbre es la nota predominante, lo más probable es que muchas personas, que puedan permitírselo, por ejemplo por estar jubiladas o retiradas, elijan el pueblo también para pasar el otoño y quizá incluso el invierno.