La provincia registra un aumento del 141% entre marzo, mes en el que se decretó el estado de alarma y se inició la avalancha de expedientes de regulación de empleo, y el mes de mayo
El enorme impacto que está teniendo la crisis sanitaria de la COVID-19 en la economía y el empleo se refleja en los datos de beneficiarios de prestaciones de desempleo, y la provincia de Salamanca no es una excepción tras superar la cifra de 30.000 beneficiarios en el mes de mayo (30.489), según los datos publicados esta semana por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. Esto se traduce en un aumento del 18% con respecto al mes de abril y del 141,8% con respecto a marzo, mes en el que se decretó el estado de alarma y se inició la avalancha de expedientes de regulación de empleo (ERTE).
Del total de los beneficiarios de la prestación por desempleo en la provincia salmantina, 16.774 están incluidos en un expediente de regulación temporal de empleo. En el 90,7% de los casos se trata de un ERTE de suspensión de contrato. En concreto, 15.227 frente a 1.547 incluidos en un ERTE de reducción de jornada.
Expedientes de regulación de empleo por la COVID-19 que, atendiendo a las cifras de beneficiarios de la prestación por desempleo, afectan más a las mujeres que a los hombres (8.262 hombres frente a 8.512 mujeres).
Salamanca es, con datos del mes de mayo, la tercera provincia de Castilla y León en número de beneficiarios de prestaciones por desempleo, por detrás de Valladolid (45.032) y de León (35.063). En el conjunto de la región el impacto de la pandemia ha multiplicado el volumen de beneficiarios de prestaciones por desempleo, 197.896.