Hoy, hace unos años, se nos fue la Unión, la UDS; no entro en la polémica actual, aunque, en lo personal, son curiosos los vínculos que, desde que vivo aquí, se han ido estableciendo entre las dos orillas de mi charrería. No, hoy pensé en este poema y en
Si, después de morir, quieren escribir mi biografía,
no hay nada más sencillo.
Solo tiene dos fechas: la de mi nacimiento y la de mi muerte.
Entre una cosa y otra, todos los días son míos.
Alberto Caeiro, o sea, Fernando Pessoa
Empecé a leer poemas
y era como abrir puertas de armarios en una casa vieja
esos roperos viejos de la abuela
esos viejos baúles
con polvo,
medio desvencijados
esas puertas a lo desconocido
en las que de repente
nos volvemos a ver
nos reencontramos con nosotros mismos
en la casa
esa casa
somos nosotros mismos
la memoria
no es palabra tan grande
a veces es nomás un recuerdo
bonito, pequeño,
guardado en un pañuelo que dejamos de usar desde ese entonces
Ese entonces
hay muchos entonces
algunos son despueses
ahoras
luegos
nuncas
Yo había estado en Lisboa
mucho antes
de aquella vez que fui por vez primera
Yo había leído a Pessoa
sin haberlo leído
jamás
lo tenía dentro
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