Los padres (madres y padres o quienes ocupan su lugar) son tan incondicionales a todos los hijos que éstos acaban comprendiendo, sintiendo emocionalmente y comprobando con conductas ("obras son amores y no buenas razones") que no les van a fallar. Así es de extraordinario el "Sistema de Cuidados" que tienen las "Figuras de Apego" (los padres y abuelos) con sus crías. Por eso los hijos se "apegan·" (el apego es el vínculo afectivo más fuerte) a los padres y abuelos, de por vida.
Este es el núcleo, quicio, fundamento y piedra angular del sistema familiar, la institución más segura y valiosa de la especie humana..
Estos lazos son tan poderoso que, cuando los hijos crecen y tienen, a su vez, hijos, las padres pasan a ser abuelos, conservando la misma incondicionalidad con sus nietos. Tampoco los abuelos fallan a los nietos, creando una red familiar más amplia. Para los menores, tener padres y abuelos incondicionales y eficaces es la base de su bienestar.
He hecho esta introducción, para entender porque los abuelos, no solo hemos aceptado estoicamente (o religiosamente, según los casos) lo que ha sucedido en esta pandemia, sino que nos hemos alegrado de que este virus no se cebara prioritariamente con la infancia o con los hijos.
Cuando he comentado con algunas abuelas y abuelos esto, todos me han dicho lo mismo: "yo también lo he pensado, menos mal".
Efectivamente, no hubiéramos podido soportar la muerte de tantos hijos y nietos.
Pocas cosas son tan insoportables, creo yo, porque no lo he vivido, que los hijos y nietos mueran antes que los padres y abuelos. Es, en cierta manera, como si se rompieran las reglas ocultas de la naturaleza. Por cierto, una experiencia que antes sufrían muchos padres; y aun hoy ocurre, aunque con poca frecuencia.
De hecho, los niños, durante años, una vez que toman conciencia de la muerte, creen que ésta llegará en orden riguroso, empezando por los más viejos. Son más lógicos que vida misma.
La sabiduría popular no es tan inocente y buena como los niños; ha cristalizado su pensamiento en un dicho tan cruel como profundo: ¡Qué Dios no nos dé, todo lo que podemos aguantar!
Dicho esto, creo que debería producirnos vergüenza el tratamiento que la sociedad, y muy particularmente nuestros políticos, han dado a las personas viejas en esta pandemia.
Han abandonado a las `personas viejas en las residencias, convertidas en hospitales, sin personal ni medios materiales. Han tenido la osadía de mandar en primer lugar a la fiscalía y después a la guardia civil (con la desdicha de estrenarse diciendo (la ministra de las fuerzas armadas) que habían encontrado un muerto en una residencia).
Y el gobierno ni siquiera ha sabido contar a los muertos en las residencias. ¡Es el colmo! Los disimula y parece ocultarlos. Qué cree usted: ¿es vergüenza irresponsable o cara dura?
Todo un vicepresidente, supuestamente encargado de las residencias, ni siquiera sabía que formaban parte de su trabajo (ha estado todo el tiemplo en sus "cosas", como usted sabe). Visto a lo que se dedica, yo ni siquiera sospechaba que tenía esta responsabilidad.
Mientras tanto, los políticos no se olvidan de sus cosas, nos aseguran (ellos no dudan nunca) que pedir menos ministerios (basados en los intereses del partido) y que se bajen los sueldos es populista (ha afirmado una ministra). Parece que más de la mitad de españoles somos populistas, fachas y fascistas. Por favor, somos muchos los que soñamos (porque por el momento es un sueño) que haya otra izquierda en España. No se confundan y no insulten. Y no olviden que, como ya escribió Reich en 1934, en su libro "Psicología de masas del fascismo", que hay "dogmáticos en la izquierda y en la derecha" (y en gobierno español actual, añado yo). A Reich, psicoanalista y comunista, le acababan de echar del partido comunista austriaco, no aguantaron sus críticas.
Hoy nos anunciaba el presidente cosas maravillosas: una lluvia de dinero para los que lo necesitan: "no dejaremos nadie tirado", es su `promesa social. Creen que eso les va funcionar como a Maduro. Claro que asegurarse electores de esta manera no es populismo. Saben que les es más rentable dar pan que tomarse en serio la economía y dar trabajo a los parados. ¿Nos salvará la ministra de economía, parece más sensata?
Volviendo a la vejez, estos días nos cuentan que, solo en Madrid, han encontrado, en dos meses 62 personas viejas muertas en sus casas (el doble de lo habitual, aseguran). La sociedad se entera de su muerte porque huelen mal.
¿O es esta sociedad lo que huele mal? ¿Usted qué cree?
Estos viejos y sus padres sacaron a España de la ruina de la guerra civil, lograron la transición, frente a los extremismo (que parecen volver) y han ayudado a sus hijos o nietos en la crisis del 2008. ¿Merecen este trato?
Por último, no puedo olvidarme de que algunos abuelos, lamentablemente, sufren maltrato por parte de los hijos o nietos, un problema nuevo que no deja de crecer. Estos maltratos tienen menos eco en el gobierno. ¿También en eso deben estar a la cola los abuelos? ¿Cuáles cree usted que son las causas?
Pero no se inquieten, es seguro que los abuelos seguirán siendo incondicionales a los hijos y los nietos. Y la inmensa mayoría de éstos, nos seguirán queriendo a los abuelos.