Los Carmelitas Descalzos afrontan la nueva normalidad "sin miedo, pero adoptando con prudencia las medidas necesarias"
El Carmelo de Alba de Tormes abre desde hoy las puertas de las iglesias de San Juan de la Cruz y de la iglesia de la Anunciación. Desde hoy se celebrarán diariamente dos misas, a las 8.30 en la Anunciación y a las 12.30 en los Carmelitas Descalzos. Los fines de semana, estas misas tendrá lugar a las 8.30 con las Madres Carmelitas y a las 11 y 13 horas con los Padres Carmelitas.
La apertura de templos se produce gracias a la flexibilización de la fase 0, en la que ya se permite la presencia en velatorios de 10 personas en velatorios cerrados y de 15 en abiertos. También la apertura de lugares e culto con un tercio del aforo.
El prior de los Carmelitas Descalzos, Miguel Ángel González, asegura que afrontan esta vuelta "sin miedo, pero adoptando con prudencia las medidas necesarias". Durante estos dos meses, los carmelitas de Alba han celebrado el sacramento de la Eucaristía a puerta cerrada por lo que la nueva normalidad supone para ellos un tiempo ilusionan para volver a encontrarse con la comunidad cristiana y celebrar nuevamente la fe.
"En estos próximos días celebraremos la santa misa por el fin de la pandemia con el formulario recientemente promulgado por la congregación del culto del Vaticano. También elevaremos preces especialmente por los difuntos, y por todos aquellos que sufren la pérdida de sus seres queridos y el impacto económico y social de esta epidemia", explica el prior de los Carmelitas Descalzos de Alba.
Medidas
- La entrada de la celebración será organizada con personas responsables, la apertura y cierre las puertas de entrada al templo, la distribución los fieles en el templo, el acceso a la hora de comulgar y la salida de la iglesia al finalizar, respetando la distancia de seguridad.
- Gel hidroalcohólico, a la entrada y salida de la iglesia.
- Coro con un solo cantor y el organista José Cervino.
- No se distribuirán pliegos con las lecturas o cualquier otro objeto o papel.
- El cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio, sino que se ofrecerá a la salida de la misa, siguiendo los criterios de seguridad señalados.
- El cáliz, la patena y los copones, estarán cubiertos con la "palia" durante la plegaria eucarística.
- El sacerdote desinfectará sus manos para distribuir la comunión.
- Se comulgará en la mano.
- Se suprime el Saludo de la Paz.
- Se distribuye la Eucaristía en silencio.
- Salida ordenada de la iglesia evitando agrupaciones de personas en la puerta.