Proliferan estos días las frases. Estos días pandémicos y no pocos cainitas, aunque también, afortunadamente, marcados por las huellas de la fraternidad en ocasiones. Frases. Así titulaba el querido escritor José-Miguel Ullán, nuestro llorado paisano de Villarino de los Aires, uno de sus libros.
Frases. Las escuchamos de continuo. En ocasiones, a través de los medios de comunicación. Es cuestión de estar a la escucha, de tratar de percibir ese rumor humano que, sutilmente, va plasmando lo mejor y lo peor de nuestra especie.
Una de ellas: A estas alturas, pocos españoles no habrán tenido que dar el pésame a alguien, ya sea por familiares o conocidos que han fallecido a causa de la epidemia. Es verdad, muchos ya hemos transmitido nuestras condolencias a personas allegadas a amigos y conocidos que se han ido de este mundo, por la infección dl virus corona.
Otra. Esta de Iñaki Gabilondo, uno de los mejores periodistas de nuestro país, desde hace ya años. Nos creíamos que estábamos pasando, debido a las tecnologías, del 'homo sapiens' al 'homo Deus', pero se nos olvidaba que, sobre todo, éramos 'homo'. Ese paso de lo humano a lo divino, ese endiosamiento del primer mundo, con la soberbia que conlleva, ha quedado desmantelado por un micro-organismo invisible. Ay.
Una más. Procedente, en este caso, de una antigua grabación realizada a José Saramago, el único escritor en lengua portuguesa distinguido con el Premio Nobel de Literatura. Una palabras que parecen dictadas para hoy mismo, para esta salida de la crisis sanitaria, que nos parece que va a cambiar el mundo. Saramago decía en tal grabación: ganarán los de siempre y perderán los de siempre.
Mi esposa, uno de estos días pasados, fue a la farmacia del lugar en que vivimos, a buscar dos mascarillas. Y le cobraron ¡9 euros por cada una! Qué abuso ?le dije?, cuando llegó a casa con ellas. Ahora, cuando el gobierno pone el precio de cada una a algo menos de un euro, una representante del sector farmacéutico que habla por la radio pone el grito en el cielo, por esa limitación, y dice que dejen que el mercado se regule solo. Para seguir abusando. Como decía algún antiguo ministro (creo que hoy en la cárcel): el mercado es el mercado. Y se podría apostillar: ganarán los de siempre y perderán los de siempre.
Frases. Muchas pronunciadas estos días. Serían inacabables los ejemplos. Pero, al contrario que en Portugal, donde la oposición se ha puesto a disposición del gobierno, para arrimar el hombro, porque el de luchar contra el virus corona es un objetivo común. Aquí, no. Aquí surge esa sangre de Caín que ya denunciara Antonio Machado. Aquí, con tal de tomar el poder, todo vale. Qué nuevos pactos de la Moncloa puede haber con este panorama. Los versos de Antonio Machado resuenan en toda nuestra contemporaneidad: "una de las dos Españas / ha de helarte el corazón". No aprendemos. No somos capaces de arrimar el hombro.
Ay. Frases, frases y frases. Y nosotros aquí. ¿Cómo?