Una de las batas diseñadas y fabricadas en las instalaciones de Fashion SA en Tejares
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LOCAL
Actualizado 14/04/2020
Redacción

La ayuda de otras compañías, así como ayuntamientos de la provincia y el Centro Penitenciario de Topas ha facilitado la protección de sanitario, trabajadores de residencias y de otros ámbitos

La empresa salmantina Fashion SA, especializada en la confección de prendas de invierno y con sus instalaciones en la avenida de Lasalle 185, ha alterado su producción y lleva semanas dedicada a la fabricación altruista de mascarillas y batas, fundamentalmente para personal sanitario y de residencias. De hecho, aproximadamente han realizado 70.000 mascarillas y 6.000 batas, con la colaboración de otras empresas y entidades. Esta es la historia de una iniciativa solidaria gestada en Salamanca.

Ante la acuciante necesidad de material sanitario (mascarillas, batas, gorros) en residencias y centros asistenciales, así como para cubrir la demanda del personal que por su trabajo en servicios esenciales lo necesitaba y que por la carencia actual no puede conseguir las medida de protección adecuadas para realizar su trabajo en condiciones de seguridad, José Alberto Lamas, gerente de Fashion S.A., y Fely Campo mantuvieron una reunión con otros diseñadores y confeccionistas de Castilla y León para coordinar sus medios e infraestructuras y ponerlos al servicio de la población.

En un primer momento decidieron empezar a confeccionar mascarillas con el primer tejido procedente del almacén de FASHION SA, FELY CAMPO S.L., MARJOMAN S.L. y ARCOSAN TEXTIL S.L., que envió fundas de colchón plastificadas para deshacerlas y cortar batas.

"Rápidamente en FASHION nos pusimos manos a la obra con el diseño y patronaje de mascarillas y batas, en la adaptación de nuestra maquinaria de producción al corte de nuevos materiales y a la fabricación de prototipos para mostrar a especialistas médicos y que nos dieran su opinión", explicaban.

La búsqueda de la materia prima

"Lo más complicado para nosotros no ha sido tanto el diseño y fabricación de los productos (ya que contamos con tecnología y personal capacitado para ello), como la localización de materiales alternativos en nuevos proveedores, con los que hemos contactado a través de agentes conocidos rogándoles que se movilizaran con la mayor celeridad al objeto de poner en circulación la producción lo antes posible. Hay que agradecer a todos ellos su labor desde varios puntos de España incluso de Alemania y Portugal", añadían.

Una parte del material utilizado ha sido donado por Ayuntamientos de la provincia y el resto costeado por FASHION S.A. Además, ha sido importante la colaboración de Transportes SEUR y de la Junta de Castilla y León en temas de logística y distribución.

Entrega máxima de los trabajadores

La actividad fue frenética desde el primer momento. "A medida que se iba recibiendo el tejido, nuestros trabajadores de todas las secciones colaboraban para prepararlo de inmediato y alimentar el equipo de corte automático que se iba desplazando de mesa en mesa para no parar ni un momento. Mientras unos estiraban el tejido en unas mesas, la máquina cortaba y otro equipo recibía las piezas para embalar y enviar a talleres".

Después, a partir de la obligación de reducir la actividad de empresas 'no esenciales', tuvieron que conceder permisos remunerados a la mayor parte de la plantilla, excepto a los imprescindibles en el corte y manipulación de los materiales, quienes, "por iniciativa propia se prestaron a seguir trabajando, a pesar de estar ya en periodo vacacional de Semana Santa. Para facilitar su movilidad tuvimos que solicitar un permiso especial a la Junta de Castilla y León que fue concedido rápidamente".

La colaboración con la cárcel de Topas

En cuanto se corrió la voz de que FASHION S.A. estaba cortando material sanitario muchas personas contactaron con la empresa para realizar el trabajo de costura, pero se descartaron estas colaboraciones "por el riesgo que conlleva el traslado y recogida del material en casas particulares".

Y en ese momento surgió el ofrecimiento del Centro Penitenciario Topas, donde su equipo directivo estaba interesado en aprovechar sus talleres para subsanar la falta de material sanitario.

Una vez resuelto el problema de fabricación llegaba el obstáculo de la distribución, cómo hacer llegar las mascarillas y batas a las residencias y centros de salud de forma ordenada y sobre todo muy rápida. Sin embargo, las autoridades penitenciarias de Topas se ofrecieron a formar un equipo para la recepción de pedidos, preparación, distribución y control.

Los hospitales, centros de salud y residencias interesados en conseguir estas batas y mascarillas pueden ponerse en contacto con el Centro Penitenciario de Topas en el 923 12 71 00.

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