OPINIóN
Actualizado 10/04/2020
Juan Robles

El virus no tiene fronteras, pero afecta particularmente a los países más pobres

El coronavirus sigue avanzando. Y ya vamos conociendo muchos aspectos de este virus: cómo se expande, como parece asociarse más a los de edad avanzada, cómo muchos de los de enfermedad avanzada necesitan atención especial en las UCI, lo cual ha creado bastantes inconvenientes, y ha obligado a crear UCIs improvisadas. La forma más efectiva de prevención del contagio es el enclaustramiento o confinamiento. Y también el surtido de elementos de protección, sobre todo para los profesionales de la sanidad, pero igualmente para los voluntarios de la seguridad, la participación de los bomberos, de la guardia civil y los diferentes cuerpos del ejército, así como de servidores de distintos servicios auxiliares, llevan consigo gastos sobresalientes inesperados e imprevistos.

El tratamiento de la enfermedad y el confinamiento lleva consigo un gasto notable que puede crear una crisis económica incalculable. Lo más urgente a afrontar es el tratamiento de salud, pero hay que contar con la superación de la crisis económica consiguiente. El virus actúa sin fronteras y crea problemas de salud en todos los países. Pero también las consecuencias económicas afectan a todos los países.

Pero hay que tomar conciencia de que los países pobres tienen mucha mayor dificultad para afrontar el problema médico y las consecuencias económicas. Hasta ahora apenas hemos tenido en cuenta a los países contaminados del norte, los más ricos, los que aun con dificultades pueden afrontar la grave pandemia. Sin que olvidemos a los pobres de nuestros países, como es el caso, entre otros, de los subsaharianos que han llegado hasta nosotros y carecen de papeles o permisos de residencia. Y también padecen las consecuencias los que se han quedado sin trabajo o las pymes que han tenido que cerrar o acogerse a los "ertes", que afectan igualmente como problema a los empresarios y a sus trabajadores.

De Asia apenas tenemos en cuenta otros países que no sean China, India, Corea, Japón o Filipinas, aunque también se considera Arabia Saudí, Turquía e Irán, con consecuencias de carácter desigual.

En el continente americano, sobresale la fuerte contaminación de los Estados Unidos, donde también son más afectados los afros y los latinoamericanos procedentes del sur del continente. Pero hay que tener en cuenta, además, la presencia de la epidemia en varios países menores, que llevan su combate con la máxima dificultad.

El país más extenso del subcontinente, Brasil, tiene 15.927 casos y 800 muertes. Chile, con 5.546 casos y 48 fallecidos, ha declarado el estado de excepción ante el virus, y Ecuador registra 4.450 y 242 muertes. México tiene 2.785 pacientes y 141 muertes. Perú registra 4.342 casos y 121 muertes. Colombia tiene 1.780 casos y 50 muertos, Venezuela, 166 y siete muertes. Argentina suma 1.715 casos y 63 muertes. Uruguay acumula 424 casos confirmados y siete muertes. En Paraguay se han registrado 119 casos y cinco fallecidos.

En América Central y El Caribe, destacan los 2.111 casos y 108 fallecidos en la República Dominicana; Panamá tiene 2.249 casos y 61 muertes. Costa Rica tiene 483 casos y dos muertes. Puerto Rico alcanza los 573 casos y 23 muertes; Honduras, 312 y 22 fallecimientos. Cuba tiene 457 casos y 12 muertos, Jamaica, 63 y tres muertos, y El Salvador, 93 casos y cinco muertes.

Y finalmente hay que considerar la situación, todavía más bien incipiente, de los deprimidos países africanos, dejando de lado la capacidad económica de África del Sur y quizá de los países del Magreb.

Egipto (1.560 casos y 103 muertes) y Sudáfrica (1.845 y 18 muertes) son los países con más contagios. Argelia ha informado de 1.572 casos y 205 muertes, mientras que Marruecos -que ordenó el confinamiento domiciliario durante un mes, hasta el 20 de abril- ha registrado 1.275 infecciones y 93 muertes. Túnez tiene 623 casos y 23 muertes. Libia, un país deshecho por la guerra, de momento solo ha dado cuenta de 21 casos y una muerte.

En el resto del continente, el último en el que el Covid-19 ha penetrado, apenas hay lugares donde la pandemia no se haya hecho presente, aunque el registro de casos aún no es alarmante. Destacan Burkina Faso (414 casos y 23 muertos), Camrún (730 y diez muertes), Ghana (313, seis muertos), Senegal (244 y dos muertes), Nigeria (276 y seis muertes), Costa de Marfil (384 y tres muertes), Mauricio (273 y siete muertes), República Democrática del Congo (180 casos, 18 fallecidos), Kenia (179 y seis muertes), Níger (278 casos y 11 muertes), Ruanda (105), Guinea (144) y Madagascar (93).

La mayor parte de los países de Asia y África, y algunos de América, están bajo la administración de la Congregación Romana para la Evangelización de los Pueblos, que gestiona la cooperación con las misiones a través de las Obras Misionales Pontificias. Por eso, el pasado lunes, el Papa ha puesto en marcha un fondo de cooperación con las misiones afectadas por el coronavirus, y lo ha dotado inicialmente de 750.000 dólares, encargando al Prefecto de la Congregación Misionera y a las Obras Misionales Pontificias de recabar fondos privados y de todo tipo, para colaborar a la recuperación de los países y las misiones afectados por la pandemia.

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