Alfredo Pérez Alencart y Hugo Mugica (Salamanca, 2011. Foto de Jacqueline Alencar)
En cuestión de afectos, todos los caminos llevan al abrazo: siempre más aprisa que más despacio. Por ello, en estos tiempos intranquilos para muchos, es bueno ofrecer una sonrisa con alma y un abrazo sin distancias. Con Hugo Mugica, uno de los pocos poetas esenciales que actualmente tiene el largo y ancho territorio del castellano, me une un entrañable puente sagrado: se trata de un puente que a diario se ancla en la tierra y que al instante borra latitudes,
El domingo recordamos sus poemas leídos en la capital del Tormes, en octubre de 2011:
http://www.crearensalamanca.com/poemas-leidos-en-salamanca-por-el-argentino-hugo-mujica/
Ahora recupero dos poemas, uno por cada orilla de los afectos. El de Hugo se publicó en 'Arca de los afectos' (Verbum, Madrid, 2012), un volumen coordinado por la poeta Verónica Amat para celebrar mis ocho lustros:
COMO SIEMPRE
Para A. Pérez Alencart
Una vez más cae la tarde,
el afuera se recoge
cercanía
y lo cercano se dilata
en el silencio
que va creciendo.
El pan, el vino,
la mano
en la mano amada y,
como
siempre,
también alguna pena,
algún desgarro humano?
...la vida
en la que a veces,
en alguna
de sus noches,
una noche como esta,
escucho, sin nada oír,
el latido de la tierra,
el palpitar lo sagrado.
HUGO MUJICA
El mío apareció en 'La altura del vuelo' (Edifsa, Salamanca, 2011).
EL VUELO
(Homenaje a Hugo Mujica)
I
Volar con la voz colmada de silencios,
a ras de tierra volar recogiendo susurros
de un largo duelo esposándose al alma
tocadora del blanco perfecto creciendo
arriba y abajo: colibrí o alondra yendo
detrás de la niebla o de algún misterio
donde extender las alas hasta renacer.
II
Volar por el sueño
entero,
tres días al menos
dentro
de la piedra quebrada
o del sagrado
anuncio.
III
Volar sobre el cuerpo y sobre el monótono
parloteo de los farsantes; volar siempre bajo
las pupilas que se dilatan cuando descubren
el asombro; volar junto a las inocencias
que oxigenan al exhausto mundo; volar
sosteniendo un corazón que gira al
movimiento de la luz; volar sin batir las alas.
ALFREDO PÉREZ ALENCART
Jacqueline Alencar, Hugo Mujica y Alfredo Pérez Alencart, con un cuadro de Pérez Fiz (foto de J.A.P.A.)