OPINIóN
Actualizado 29/03/2020
José Luis Puerto

Necesitamos himnos. Melodías que expresen lo que somos, nuestros anhelos, temores y esperanzas. Pero no los patrióticos, ni los bélicos, ni los que llaman a combate alguno, sino más bien aquellos que se escoren hacia las laderas de lo existencial, de la vida de todos, del existir de todos.

Es lo que ahora ocurre, cuando estamos soportando esta suerte de extraña distopía, ocasionada por la infección del virus corona, que se ha extendido por todo el mundo, como crisis sanitaria global.

Y es curioso que "Resistiré", del DúoDinámico, se esté erigiendo en himno contra la pandemia. Hace dos o tres días, en el momento vespertino de los aplausos, se escuchaba desde el interior de una vivienda, como música para todos.

Acuden a nuestra memoria cordial otros himnos que preferimos. El de "Gracias a la vida", de la chilena Violeta Parra, interpretado también por la norteamericana Joan Baez; un himno muy hermoso en torno a lo que a todos, a todos, nos da la vida. O aquel otro, de hace ya años, de nuestra juventud, de "Viva la gente". Sí, viva la gente. "Detrás de cada ventana / y puerta reconocí / a mucha gente que antes / ni siquiera la vi."

Necesitamos aplausos. Esos aplausos vespertinos, cuando se inicia la noche, que nos vinculan a todos. Necesitamos aplausos, sí, porque necesitamos expresar la gratitud social, la gratitud humana a todo el sector sanitario, tan abnegado y expuesto; a todos los colectivos profesionales que nos facilitan la existencia, en este tiempo de reclusión doméstica.

Pero no necesitamos ni cainismos, ni broncas, ni zancadillas políticas de quienes han recortado tanto en la sanidad pública y se proclaman más patriotas que nadie. Necesitamos arrimar el hombro, avivar el espíritu de colaboración, ante una situación nueva para todos y que nos desborda, para los ciudadanos, para los gobernantes, para los profesionales, para todos aquellos que, en silencio, y desde la abnegación y la entrega, hacen que funcionen nuestros hospitales, nuestras tiendas, nuestros supermercados, nuestra administración?, todos los servicios que necesitamos.

Por ello, el himno que más necesitamos es el de la gratitud. Gracias a la vida. Que nos ha dado los dos luceros de nuestros ojos, los dos oídos por los que escuchamos los latidos del mundo y de la creación, las melodías del lenguaje con el que nos expresamos y comunicamos, las manos y los pies, el pensamiento y el sentimiento. El amor y la fraternidad, que tendrían que ser las dos fuerzas con las que afrontáramos esta pandemia. Y, siempre, el modo en que estamos en el existir.

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