OPINIóN
Actualizado 29/03/2020
Carlos Javier Salgado Fuentes

Finalmente, como resultaba más lógico en una situación de estado de alarma por cuestiones sanitarias por la expansión del coronavirus, ni País Vasco ni Galicia realizarán las elecciones autonómicas que habían convocado hace unas semanas sus respectivos presidentes de comunidad autónoma, Íñigo Urkullu y Alberto Núñez Feijoo.

Ha sido una de las consecuencias previsibles y a la vez lógicas derivadas de la crisis del covid-19 que vive nuestro país, que también ha conllevado que se cancelen las procesiones de Semana Santa por primera vez desde la Guerra Civil, con cuyo Domingo de Ramos iban precisamente a coincidir los comicios regionales vascos y gallegos.

De este modo, la renovación de los parlamentos autonómicos ubicados en Vitoria y Santiago de Compostela tendrá que esperar sine die, quedando pendiente de la evolución que tenga la pandemia de coronavirus en nuestro país, a la espera de que consiga remitirse la misma y lograr la nulidad de casos locales en el país.

Entretanto, la política de estos y del resto de parlamentos autonómicos, así como de Congreso y Senado, seguirá en cuarentena, en estado poco menos que vegetativo hasta que pueda retomarse la normalidad institucional y logremos que la situación pueda mejorar hasta el punto de poder levantar el estado de alarma.

Sin embargo, la cosa parece que va para largo, ya que las cifras de contagios que viene registrando el país siguen siendo más que preocupantes, y según diversos expertos, lo peor aún estaría por venir, pues aún no habríamos alcanzado el pico de contagios, que algunos estiman para mediados de abril.

De esta manera, todo lleva a pensar que seguirá habiendo nuevas prórrogas del estado de alarma, cuya convocatoria y prórrogas no pueden extenderse más allá de los quince días que marca como tope la Constitución en su artículo 116.2, el cual a su vez no establece un límite de prórrogas, por lo que nada impide que esta situación se prolongue varios meses.

En todo caso, viendo cómo están transcurriendo los acontecimientos en Italia, en cuyo espejo nos miramos queriendo prever qué nos espera, parece probable que el gobierno tenga que endurecer las medidas del estado de alarma de cara a buscar una mayor eficacia para frenar la expansión del virus, y con ello, que se pueda retomar a la normalidad.

En definitiva, aún nos queda un largo camino por recorrer para recuperar la normalidad, de modo que debemos seguir armándonos de paciencia en lo que al confinamiento se refiere, porque es bastante probable que el estado de alarma se alargue aún un par de meses o más.

Entretanto, vascos y gallegos deberán seguir esperando para pasar por las urnas, al igual que jugadores y aficionados deberán esperar para poder ver de nuevo partidos de fútbol, baloncesto, pelota a mano, balonmano o cualquier otro deporte, cuyas competiciones oficiales aún está por ver si se retomarán en esta temporada, o si por el contrario deberán darse por concluidas antes de cumplir con el número de partidos previstos inicialmente.

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