Dos cigüeñas en lo alto de la Casa Consistorial se han quedado como únicas ocupantes permanentes del ágora
Con la actividad del centro histórico, y especialmente de la Plaza Mayor, reducida al mínimo debido al cierre de los establecimientos de hostelería y pequeños comercios de venta de productos no esenciales, el movimiento de transeúntes y vehículos por el recinto amurallado de Ciudad Rodrigo es bastante escaso durante estas semanas de cuarentena para evitar la propagación del coronavirus.
Esta situación se hace muy llamativa en el corazón de la actividad en el centro histórico, el ágora mirobrigense, donde curiosamente hay justamente unas ocupantes permanentes: dos cigüeñas en lo más alto de la Casa Consistorial (justo en la espadaña donde está situada la campana) que parece que han quedado 'encargadas' de controlar que se cumpla por allí la cuarentena.