En la actualidad existen 12 millones de seres humanos pertenecientes al colectivo romaní, cuyos derechos humanos deben ser protegidos y garantizados
Marta Martín González
Activista por los Derechos Humanos
El pasado histórico tiene una influencia importante en nuestros días, sobre todo en Europa, asolada por las Grandes Guerras que tuvieron lugar en el s. XX. En la Segunda Guerra Mundial se llevaron a cabo actos de tortura y exterminio contra la población judía. Pero no solamente fueron ellos los afectados, sino también otros muchos colectivos, entre ellos la población gitana, también llamados los romanís. La historia de este colectivo es menos conocida y menos tratada a nivel periodístico. Es relevante mencionar que fueron 500.000 seres humanos exterminados por el mero hecho de ser gitanos. Sin más razones.
A pesar de ello, en la actualidad existen 12 millones de seres humanos pertenecientes a dicho colectivo social, cuyos derechos fundamentales hay que proteger porque en gran medida no gozan de ellos. Hablamos de sus derechos humanos, a menudo conculcados. En el caso europeo al pueblo romaní se le considera como parte del tercer mundo por su forma de vida, por sus apariencias o su cultura. Existen casos como en el Este de Europa, o mismamente, en España, donde se crean espacios peculiares para aislar a la "sociedad normal" de los gitanos.
Pero el periodismo no lo considera un problema importante a tratar, ni tampoco desde el Estado se pone demasiado interés. Concretamente, no existen políticas públicas en la agenda del gobierno para concienciar a los ciudadanos de que todos podemos vivir en sociedad. Que todos somos iguales y tenemos los mismos derechos. Hacer frente al antigitanismo no debería tener ideología, porque es cuestión de respeto de derechos humanos.
Pero dicha problemática no solamente existe en España, o en el Este de Europa, sino en todo el continente europeo. En países como República Checa o Hungría, entre otros, también se producen vulneraciones de derechos humanos hacia los romanís. Los medios de comunicación no lo consideran actos relevantes. Por ello, no obtenemos información veraz, y si tenemos acceso no siempre es totalmente cierta por la existencia de manipulaciones informativas.
Los gitanos de toda Europa se han reunido, y han formado organizaciones para tratar de mostrar la realidad, denunciar aquellas noticias, reportajes o documentales que no demuestren cómo son realmente. Consideran que se le están vulnerando derechos humanos.
Rromani Pativ es una organización, parte de la Red Antidiscriminatoria Gitana, que denuncia a los medios que fomentan un enfoque distorsionado del pueblo gitano, vulnerando la integridad y honor del colectivo. Algunas denuncias se dirigen hacia medios de comunicación españoles. Por ejemplo, la última tuvo lugar el pasado 27 de enero de 2020, en la que Rromani Pativ denunció que un medio de comunicación español había perseguido a una gitana para investigarla y preguntarle por su vida, influyendo sobre el espectador. Al conocer tal hecho, la organización denunció el acto porque consideraba que se estaba "caricaturizando, perjudicando y estereotipando" a los gitanos. Que no todos los gitanos en todas las localidades viven igual ni comparten los mismos comportamientos. Lo más sorprendente es que el medio, a día de hoy, aún no se ha retractado ni disculpado. Programas de investigación como estos generan estereotipos innecesarios hacia un colectivo vulnerable.
Además de la organización Rromani Pativ, también existen Organizaciones Internacionales como Human Right Watch o Amnistía Internacional, conscientes de tales vulneraciones de derechos humanos y que tienen propuestas al respecto.