Media hora del atacante uruguayo en su debut sirvió para ilusionar a una afición que está huérfana de un jugador al que rendirse en cada partido
En el mundo del fútbol estamos acostumbrados a ver a futbolistas de gran nivel que en su primer partido se convierten en un torbellino para su equipo y dejan un buen sabor de boca a su nueva afición. En el caso del Salamanca UDS, hay muy pocos precedentes de semejante tipo, dado que solo Víctor Mena, Ulises Torres o Chatón -en el derbi del curso pasado contra Unionistas- dieron una sensación similar a la de Owen Falconis en su estreno ante el Guijuelo.
La hinchada del Salamanca UDS está harta de fichajes que fracasan, no dan la talla y tienen que salir por la puerta de atrás, a pesar de que en el actual plantel hay grandísimos futbolistas, pero solo Martín Galván, que también ha sido muy criticado durante varios años en la ciudad, tienen esa chispa que hace que el público se levante de sus asientos cada vez que toca el balón.
Entonces, el uruguayo, de tan solo 20 años de edad recién cumplidos, se mostró sin ningún tipo de complejos por la banda derecha y dejó varios detalles de calidad que entusiasmaron a una parroquia que empezó a murmurar: "Este chaval es bueno". Y lo parece. Tiene hambre, ganas, desparpajo y un disparo que puede darle grandes alegrías al Salamanca UDS, pero no hay que cargarle de presión. Un jugador tan joven, que deja toda su vida atrás y se embarca en una nueva aventura en otro continente necesita tiempo.
Ahora, la duda está en sí Owen Falconis será capaz de ser el estandarte de la hinchada blanquinegra o hará como Ulises Torres, que dio un recital contra el Arenas de Getxo en la primera fecha del calendario, o se irá diluyendo con el paso del tiempo. En definitiva, pase lo que pase, lo que queda claro es que el Helmántico necesita poco para entrar en estado de ebullición. Y eso sí que es una gran alegría...