La tarde fue de lo más dulce con un chocolate con churros y un divertido baile para bajar alguna caloría
Los mayores de la residencia municipal de Saucelle no podían quedarse sin Carnaval. De la mano de sus empleadas, servicio que gestiona Servicios Residenciales ALPA, el día grande del Carnaval comenzaba con vestir una indumentaria para la ocasión, en este caso unos divertidos disfraces de pingüinos que hicieron reír incluso a los más serios.
Después de la comida, la tarde se volvería de lo más dulce, pues ni más ni menos que les esperaba un chocolate con churros, una apetitosa merienda a la que seguiría un animado baile para bajar alguna caloría.
Y como los últimos serán los primeros, los mayores de la residencia de Saucelle eran los primeros en celebrar el tradicional entierro de la sardina, adelantándose al resto en esta popular celebración que pone fin al Carnaval.