Santiago Baltar es el mejor jugador de la ciudad de Super Smash Bros y empieza a llamar la atención de las marcas
De lunes a viernes Santiago Baltar se dedica a estudiar Ingeniería Informática. El tiempo libre que le queda lo destina a entrenar a Super Smash Bros, el videojuego en el que en Salamanca nadie le gana. La última versión para la Switch de este party game reconvertido en fighting game (juego de lucha) fue un superventas a finales de 2018. El participante puede elegir algunos de los personajes más emblemáticos de la factoría Nintendo para batirse en duelo contra otros jugadores. El que mayor destreza demuestra con los movimientos combinados que terminan por provocar la muerte -o el mayor daño- virtual del contrincante es el ganador. Dispone de tres vidas y ocho minutos para lograrlo. Así lo marcan las normas con las que se juega en toda España y que establecen también algunas restricciones respecto a las pantallas en las que poder jugar o los elementos del juego que se prohíbe utilizar para garantizar la igualdad entre los contrincantes.
En los campeonatos más concurridos han llegado a juntarse 32 gamers (la palabra que distingue a los jugadores en el argot). La batalla puede prolongarse cerca de cinco horas antes de proclamar a un ganador. Siempre suelen ser chicos. Y es que en Salamanca se mantiene la tendencia nacional. La mayoría de jugadores de videojuegos siguen siendo hombres a pesar de que las mujeres reclaman, cada vez con mayor insistencia, su hueco en un mundo que todavía las sigue mirando, inexplicablemente, con cierto recelo.
Los sábados y domingos Santiago deja de ser Santiago para convertirse en Thorturator y, bajo ese alias, compite prácticamente todos los fines de semana en Salamanca o Valladolid. Ha mordido el polvo pocas veces y eso ayuda a ir escalando en la clasificación. Poco a poco, reconoce, va llamando la atención de patrocinadores. Las marcas, explica, buscan jugadores buenos y, sobre todo, carismáticos. "Les gustan los que tienen empatía hacia el resto de competidores y son respetados en el mundillo", detalla, consciente de que es su caso. Sin perder la esperanza de convertirse en gamer, tampoco ha perdido, eso sí, la perspectiva. Santiago sigue jugando porque disfruta mucho "y con una actitud muy positiva hacia la derrota porque, cuando pierdo, aprendo y, además, he hecho un montón de amistades".
Sueña con llegar a ser jugador profesional y no teme que el juego en el que compite pase de moda porque la comunidad Super Smash Bros Ultimate "le dedica muchísimo cariño y lo sigue apoyando incluso jugando a versiones de hace casi 20 años".
A Santiago se ilumina la cara cuando recuerda torneos ganados y el dinerillo que va logrando con cada una de esas victorias. Confía en que muy pronto una marca se fije en él y, al menos, los viajes para jugar ya no corran de su bolsillo.
Lidia bastante bien con el rol de jugador estrella de Super Smash Bros y con su condición, sin haberlo pretendido, de referente para otros. Tiene muy claro que, seguramente, a otros competidores que comparten top ten con él los motivará saber que alguien como Thorturator va poco a poco convirtiéndose en un espejo en el que mirarse.