OPINIóN
Actualizado 09/02/2020
Carlos Javier Salgado Fuentes

Hace unos días, el ayuntamiento de Serradilla del Arroyo, en la comarca de Ciudad Rodrigo, aprobó por unanimidad una moción mediante la cual acordaba solicitar a las instituciones autonómicas y nacionales la creación de una comunidad autónoma de la Región Leonesa, formada por las provincias de Salamanca, Zamora y León.

Este hecho le ha convertido en el primer municipio de la provincia de Salamanca que da dicho paso al frente, habiendo contado con el voto favorable de los concejales tanto de PSOE como de PP presentes en el pleno municipal, sumándose así a las ya más de una veintena de mociones aprobadas respecto a esta cuestión a lo largo y ancho de la Región Leonesa.

Llama la atención, sin embargo, que horas después de hacerse público el resultado de la moción, el Partido Popular (PP) emitiese un comunicado para decir que su concejal no votó a favor sino que se abstuvo. Una comunicación partidista que fue desmentida al día siguiente desde la secretaría del ayuntamiento de Serradilla del Arroyo, que aportó el acta de la sesión, confirmando que el concejal del PP había votado a favor de la autonomía leonesa junto al resto del plenario de la localidad, hecho que también fue corroborado por el alcalde serradillejo, Manuel Montero, que detalló que el voto fue favorable, a mano alzada y ante la presencia de vecinos de la localidad como testigos en el público.

Un caso similar ocurrió en Manganeses de la Lampreana (Zamora), donde un concejal del PP apoyó la moción por la autonomía de la Región Leonesa, que fue aprobada por dicho plenario, sacando días después el PP una nota de prensa diciendo que dicho concejal no sabía lo que votaba y que, en realidad, no estaba a favor.

Hechos más que curiosos si los sumamos a que, ante el voto favorable de concejales populares en varios municipios de la provincia de León, la dirección autonómica del PP les comunicó que les investigaría por haber apoyado dicha propuesta. El último caso se ha dado en Boñar, donde este jueves los tres concejales del PP sacaron adelante la moción por la autonomía regional, ante lo que la dirección popular en Valladolid ya les ha emplazado a una reunión, que no parece que sea para devolver los más de 800 ? que recibió el partido como subvención por lograr esos tres concejales.

Y en este punto, es cuando hemos de plantearnos por qué, ante una petición que es conforme a la Constitución, la dirección autonómica del PP está optando por una vía de amedrantamiento a sus concejales, incumpliendo así con sus propios reglamentos internos.

Y es que no hay que olvidar que, en la última Ponencia Política aprobada en Congreso Nacional por el PP, éste se describía como "un partido fuertemente unido en su pluralidad de sensibilidades", autocalificándose como "el partido que más escucha las demandas sociales", y señalando su compromiso con "dotar a nuestros militantes de más protagonismo, con mayores cuotas de participación".

Sin embargo, parece que para la dirección autonómica popular lo aprobado por el Congreso Nacional de su partido fuese papel mojado que debe incumplirse, y no se entiende que busquen reprender y ridiculizar a sus concejales, cuando en la Ponencia Política autonómica aprobada en el último Congreso autonómico del PP, se señalaba respecto a los ediles de los municipios que "Su escucha, atención y apoyo deben ser un principio rector inexcusable para todos los representantes públicos de nuestro partido".

En este caso, ni que decir tiene que no está habiendo ni escucha, ni atención, ni apoyo por parte de la dirección autonómica del PP a los concejales que han apoyado la autonomía de la Región Leonesa, quienes lo han hecho basándose en la "vocación de servicio, pensando en el largo plazo y en beneficio del interés general de toda la sociedad" que exige la ponencia nacional de su partido. Un apoyo a los concejales, que se habría hecho "velando siempre por el interés público y el servicio a los ciudadanos", tal y como exige que se haga el artículo 12.1.a) de los Estatutos del PP.

Por otro lado, si tenemos en cuenta que la Región Leonesa ha tenido la peor evolución socioeconómica de España desde que se le integró en Castilla y León en 1983, el voto favorable a la autonomía leonesa de más de una decena de concejales populares de León, Zamora y Salamanca, estaría respaldada por la ponencia política nacional del partido, que instituía que los poderes públicos debían de "corregir desajustes y anomalías que menoscaban el bienestar del conjunto de la sociedad".

Del mismo modo, tampoco está habiendo por parte de la dirección autonómica popular el respeto a la "plena autonomía" de los grupos municipales que recogía la ponencia autonómica, incumpliendo así el deber de promover la "la plena autonomía política" de las personas, "desde el respeto a la pluralidad", que consagra el artículo 3.3 de los Estatutos del Partido Popular.

Del mismo modo, se está incumpliendo deliberadamente por la dirección autonómica en este asunto el impulso a las "iniciativas ciudadanas" (como la que se plantea), que se prometía en el punto 959 del programa electoral autonómico del PP, que a su vez, en el punto 949 se comprometía a realizar una reforma del Estatuto de autonomía de Castilla y León, hecho que iría acorde a la petición de una autonomía leonesa, que conllevaría una reforma estatutaria.

Finalmente, no hay que olvidar que la Ponencia Política del PP habla de "respeto absoluto a la Constitución", y en este punto cabe indicar que, al aprobarse la Constitución, una de las regiones oficiales de España era la de León, integrada por las provincias de Salamanca, Zamora y León, a la cual, por ello, le asiste el derecho a la autonomía que reconoce la Constitución a las regiones en su artículo 2.

Por este motivo, todos los concejales del PP y otros partidos que están apoyando la autonomía leonesa, lo estarían haciendo con un respeto absoluto a la Constitución, y de hecho, estarían siendo bastante más fieles a ella que los que se empeñan en mantener la vigencia de una autonomía aconstitucional como la de Castilla y León, porque no hay que olvidar que al aprobarse la Constitución, Castilla y León no era oficialmente región y, por tanto, no tenía derecho a la autonomía. Otra cosa es que UCD y PSOE se saltasen a la torera el articulado constitucional y decidiesen sacarse de la manga autonomías que no coincidían con las regiones preexistentes.

En todo caso, Serradilla del Arroyo ha abierto el camino a la autonomía de la Región Leonesa en nuestra provincia, como lo hizo Manganeses de la Lampeana en la de Zamora, y la ciudad de León en la provincia legionense. Es hora de que desde otros ayuntamientos se dé el paso para acabar con un proyecto fallido y fracasado para nuestra tierra como la autonomía birregional de Castilla y León, logrando con ello que los grandes partidos den pasos decisivos para ello en las instancias superiores en las que es más necesario.

Y es que es hora de buscar una alternativa de futuro que pueda empezar a revertir el declive que arrastramos en Salamanca, Zamora y León, tras haber mostrado el proyecto de Castilla y León su incapacidad para lograrlo. No es normal que 4 de cada 5 habitantes perdidos por la autonomía sean de estas tres provincias. Y desde luego no es conveniente quedarnos de brazos cruzados mientras la Región Leonesa se hunde a marchas forzadas. Es tiempo de ser valientes, y de quitarnos complejos.

Si La Rioja o Murcia son comunidades autónomas, con tanta o más razón debe serlo el Reino de León o Región Leonesa. Concejales, alcaldes, dad un paso adelante por este malherido rincón del Oeste, sin temores, y con la vista puesta en un futuro que también nos merecemos. Las futuras generaciones deben heredar una región que pueda aprovechar sus potencialidades, que se pueda hermanar más con Portugal o Extremadura sin tener que esperar la bendición del eje Valladolid-Burgos. Necesitamos que el segundo cuartel del escudo de España vuelva a tener vida, necesitamos como el comer que el Oeste de España esté vivo de nuevo.

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