El silencio en el valle, el agua que se resbala por la montaña, las primeras luces del día que, con sus cálidos matices, bañan en oro los montes y, sobre todo, unos ojos que miran conectados con el alma. ¿Qué elemento es el más importante? Nada son por separado, pero juntos, componen la sinfonía más bella que podemos imaginar.
Manuel Lamas