Críticas al equipo de Zidane por viajar a la capital salmantina en avión
No hay duda de que la visita del Real Madrid ha calado hondo tanto en Salamanca como en el resto de España y del mundo, expectante ante este duelo entre David y Goliat que durante días ha dado que hablar más por lo sucedido fuera del campo que por lo acontecido anoche en Las Pistas. Sobre la hierba se impuso la lógica. En otros aspectos, el sentido común ha quedado en entredicho. Y es que la huella de los galácticos ha sido también medioambiental.
Las redes sociales claman desde el día del partido por la forma elegida por el Real Madrid para viajar a Salamanca, el avión. El equipo alquiló una pista de Matacán para poder aterrizar a mediodía después de un breve vuelo y tener la posibilidad de abandonar tierras charras al término del partido, cerca de la medianoche. Rapidez, sí; comodidad, también; incoherencia, puede ser.
Los reproches al viaje del equipo más laureado del mundo a la capital del Tormes apuntan a la contradicción entre la aparente conciencia ecológica del vestuario y lo sucedido ayer. Coincidiendo con la celebración en Madrid de la Cumbre Mundial del Clima el pasado mes de diciembre, el conjunto madridista disputó un partido como local, en el estadio Santiago Bernabeu, luciendo una de sus equipaciones reservas, concretamente la de color verde. Se trataba, explicaron, de un gesto de apoyo la labor de quienes trabajan por cambiar esos hábitos del ser humano que perjudican al planeta.
Mes y medio después, sin embargo, evitan el transporte por carretera y el ferrocarril y recorren los 210 kilómetros que separan los aeropuertos de Madrid y Salamanca en el medio de transporte más contaminante. Según se detalla en un artículo publicado en Bussines insider, el desplazamiento del Madrid supuso la liberación a la atmósfera de cerca de cuatro toneladas de CO2, ocho veces más que si el trayecto se hubiera realizado por tierra.
El trabajo detalla que 3,5 toneladas proceden del viaje de ida y vuelta en avión con toda la expedición blanca y el resto es la huella del autobús del equipo, que viajó vació a la ciudad, únicamente, para trasladar a los futbolistas del aeropuerto al hotel, de este a Las Pistas y de nuevo de regreso al aeródromo salmantino.