35 años después de su cierre al tráfico ferroviario, en 2020 la vía férrea del Duero podría abrirse al tráfico peatonal si finalmente se concretan los trámites para su gestión
2019 ha sido un año de incertidumbre y de decepciones respecto a las expectativas creadas en torno a la vía férrea La Fuente de San Esteban-Barca d'Alva, y más concretamente al último tramo de su trazado, la emblemática Ruta de los Túneles y Puentes, 17 kilómetros entre la estación de La Fregeneda y el muelle fluvial de Vega Terrón, hoy denominado Camino de Hierro tras la intervención de la Diputación Provincial de Salamanca.
El pasado mes de abril, La Salina dio por finalizadas las obras de recuperación de este trazado para facilitar su recorrido peatonal, proyecto en el que ha invertido 1,3 millones de euros. Un mes antes la Diputación realizó una convocatoria pública para la "adjudicación del servicio de gestión integral y explotación turística del Camino de Hierro". Cuatro empresas concurrieron a este concurso y sus propuestas valoradas, y tras presentar la documentación acreditativa requerida, una a una han sido rechazadas por no cumplir alguna de las bases del pliego de prescripciones técnicas.
Ante la nulidad del primer procedimiento de adjudicación, la Diputación va a iniciar un nuevo procedimiento abierto, en el que se modificarán alguna de las prescripciones técnicas o los criterios de adjudicación del servicio de gestión integral del Camino de Hierro. Al parecer, la nueva convocatoria se efectuará a comienzos de este 2020, según declaraciones del diputado de Turismo, Javier García Hidalgo, que espera que el proceso se resuelva sin problemas y que la ruta esté abierta en primavera.
Ante el nuevo anuncio de La Salina renacen las expectativas sobre esta vía férrea del siglo XIX 35 años después de su cierre al tráfico ferroviario. La Línea del Duero, que comunicó Salamanca y Oporto durante 100 años, fue cerrada al tránsito el 1 de enero de 1985 y desde el 2000 está catalogada como Bien de Interés Cultural.
Aunque el proyecto Camino de Hierro sólo recupera el último tramo de la vía y sólo para su recorrido peatonal, este enclave turístico único en Salamanca, al que se suman los recursos naturales, históricos, culturales y gastronómicos del entorno, ofrece grandes oportunidades de generar riqueza en una zona y una provincia despoblada y deprimida.
Estas oportunidades se incrementarían con la circulación de pequeños vehículos sobre la vía, una apuesta que fue recogida en el proyecto Ferronatura presentado al Poctep por la Diputación con la colaboración de la asociación Tod@via, y que fue desestimado hace unos meses. No obstante, lo realmente viable sería la cesión incondicional por parte de Adif, propietaria de la infraestructura y la implantación de una ley que permita la circulación de vehículos ferroviarios, como ya se hace en muchos tramos de vías cerradas en Europa.
Mientras tanto, la población de la zona y colectivos sociales y económicos, cada vez día más decepcionados con el devenir de los acontecimientos, ve cómo el Camino de Hierro sigue cerrado al tránsito peatonal casi un año después de la finalización de las obras. En los ayuntamientos, oficinas de turismo y establecimientos hosteleros de la comarca del Abadengo se siguen recibiendo llamadas preguntando cuándo se puede hacer la ruta.
Y mientras tanto, la infraestructura viaria se sigue deteriorando por la falta de mantenimiento, el abandono de los responsables y las inclemencias meteorológicas, como las recientes borrascas que han provocado derrumbes de grandes piedras y árboles sobre la vía.
Y los excursionistas siguen llegando para hacer caminando la ruta del Camino de Hierro, los 17 kilómetros de trazado ferroviario comprendido entre la estación de La Fregeneda y el muelle fluvial de Vega Terrón, a pesar de que su acceso está prohibido.