Gabriel Calvo posa para SALAMANCA AL DÍA en un momento de la entrevista. Fotos: Carmen Borrego


CULTURA
Actualizado 06/01/2020
Charo Alonso

Su nuevo disco es "un proyecto basado en sones tradicionales orales que Lorca utilizó para sus escritos, conferencias, montajes y obras teatrales. No es lo que Lorca escribió, sino lo que Lorca vivió"

Hay en el ritmo sosegado de Gabriel Calvo esa mezcla de rigor, erudición y dedicación que se le supone a un antropólogo; sin embargo, sobre el escenario -comunicador cercano, intérprete inesperado? Gabriel es el folklorista, editor y productor que lleva treinta y cinco años de dedicada trayectoria dejando que la tradición tenga alas para proyectarse más allá de nosotros mismos; la Salamanca de gaita, tamboril e historia contada en romances.

Charo Alonso: Gabriel, qué hermoso el nombre de tu último proyecto. ¿Cómo decidiste dedicarte a García Lorca?

Gabriel Calvo: Es que no es una cosa de Lorca, Charo, 'Folklorquiando' es un disco y un proyecto basado en sones tradicionales orales que Lorca utilizó para sus escritos, conferencias, montajes y obras teatrales. Para hacerlo he tenido que trabajar mucho su vida y obra, pero repito, no es lo que Lorca escribió, sino lo que Lorca vivió, su relación, por ejemplo, con el Romancero.

Ch.A.: Le has dedicado varios discos y espectáculos al tema del romancero. ¿Por qué ahora desde la perspectiva lorquiana?

G.C.: El disfrutó mucho con el tema del romancero, Lorca tenía un conocimiento muy exhaustivo del romancero tradicional. Este es un trabajo dedicado a los romances que subyacen en la obra de Lorca, en sus conferencias, correspondencia? Los que él citaba, los que él recopilaba. Acuérdate de aquel disco del 1931 en el sello 'La voz de su amo', una pieza que era de pizarra con canciones populares recopiladas por él donde tocaba el piano y cantaba La Argentinita, su amiga, la amante de Ignacio Sánchez Mejías.

Ch.A.: Que le gustara la música popular y la tocara constantemente es bien conocido, pero no que utilizara la música salmantina.

G.C.: Lorca tenía un repertorio personal que tocaba entre amigos, que tocaba en el extranjero, en el que había piezas salmantinas. Él vino a Salamanca en 1916 con un salmantino, Martín Domínguez Berrueta, profesor que tuvo en Granada quien era una de las mentes más claras de su época, relacionado con La Institución Libre de Enseñanza. Organizaba viajes de estudios por toda España y llegaron a Salamanca de donde era originario.

Ch.A.: No sabía que Domínguez Berrueta era salmantino? ¿Conoció aquí a Unamuno Lorca?

G.C.: Era profesor en la Universidad de Granada de Teoría de las Artes y Literatura, pero antes había sido periodista en su Salamanca natal del diario 'El Lábaro'. Él organizaba estos viajes de estudios y no solo en el de Salamanca Lorca conoció a Unamuno, sino que en otro de ellos estuvo con Machado. Del viaje salmantino hay una foto en la fachada de la Universidad salmantina que te voy a enviar. Eso sí, cuando Lorca publicó 'Impresiones y Paisajes' le hizo un feo muy grande, con él viajó por toda España y esperaba que le pidiera el prólogo y se lo dedicara, pero no. Se rompió la amistad pero Lorca siempre reconoció la influencia de su maestro. Yo imagino que en esa estancia es cuando debió encontrar nuestros romances en el cancionero salmantino de 1907 de Dámaso Ledesma, quien había conseguido un premio de Bellas Artes en aquella época.

Ch.A.: ¿Has encontrado referencias directas de su vinculación con la música salmantina?

G.C.: Claro que sí. Le gustaba 'El burro de Villarino' y lo canta en EEUU, le gusta 'La Clara', 'El romance del duque de Alba' y 'Los mozos de Monleón' que tiene una versión muy propia que nadie ha grabado así. Así lo cantaba Ángel Carril y nosotros le hemos metido mezclas de 'Los cuatro muleros'. Este trabajo trata de señalar la relación que tuvo Lorca con la música de Salamanca que está muy documentada.

Ch.A.: Lorca hacía lo mismo que Lope, usar romances y episodios antiguos para escribir sus obras e incluirlos en ellas? "De noche lo mataron al caballero/La gala de Medina?"

G.C.: 'La flor de Olmedo'. Lorca hizo lo mismo que Lope de Vega y Cervantes, ambos lo utilizaban mucho. El utiliza una forma de escribir basada en la tradición española. La relación de Lorca con la tradición ha sido muy estudiada, por ejemplo, 'El romancero gitano' no se puede entender sin ella. Y es una relación muy fructífera, ahora estoy estudiando un cancionero con Lorca utilizando la música popular infantil. Por ejemplo en el texto sobre "la viudita y el conde Laurel". Lorca es inagotable.

Ch.A.: ¿Cuándo eres consciente de conocerlo por primera vez?

G.C.: La primera vez, cuando con 16 años escuché el famoso disco de Paco Ibáñez interpretando a Lorca, "la luna vino a la fragua? el lagarto está llorando?" Fíjate, unido a la música. Lorca es un poeta de los que, cuando lo lees por primera vez, se quedan contigo y, claro, durante todos estos años de trabajo, lo he leído todo sobre él.

Carmen Borrego: Pero se trata de un trabajo que no solo acaba en un disco convencional?

G.C.: Sí, Carmen, mi planteamiento es hacer estos proyectos conceptuales porque el margen de un disco hay que ampliarlo, tienes un disco y además, un montaje escénico. El disco digamos convencional tiene en la producción artística a Carlos Soto, el flautista de Celtas Cortos y ha sido trabajado con músicos de primer orden?

Ch.A.: Eso no es nuevo para ti, has trabajado con Marina Rossell, Víctor Manuel, Los Sabandeños, Jorge Drexler Kepa Junkera, con el etnógrafo Joaquín Díaz?

G.C.: Sí, mira, el disco además tiene un librito con palabras de otro etnógrafo, Luis Díaz Viana, y un prólogo de Raúl Vacas. Y además de todo eso, sale en una edición de coleccionista que se completa con la obra pictórica de Florencio Maíllo, en una caja muy hermosa que me han hecho en Insolamis, de 22 x 22 cm. Está quedando muy bien, es una cosa muy delicada, tendrá solo 200 unidades.

Carmen Borrego: Corroboro, pongo mi granito de arena en forma de diseño en este proyecto tuyo, además, en Insolamis me contaron que estaban haciendo algo muy especial para ti y también están orgullosos de ello. ¿Qué relación tienes con el pintor Florencio Maíllo?

G.C.: Somos amigos desde el colegio y nunca habíamos hecho nada juntos. Sus magníficas obras sobre Lorca se incluyen en la edición de coleccionista en forma de serigrafías y también aparecerán en el montaje escénico, para el que está realizando pinturas de 1,50 por 1,50 m, porque su arte va unido al trabajo del disco. Y sí, me gusta cuidarlo todo al detalle, Carmen, bien sabes.

Ch.A.: ¿El montaje escénico cuenta con tu grupo, La Fabulosa Retahíla?

G.C.: No, en este montaje teatral que realizaremos el 1 de febrero en El Liceo actuamos Jess Martin´s y yo. Es una propuesta dirigida por él escénicamente que transita por las obras de Florencio que muestran momentos vitales de Lorca relacionados con los romances que le entusiasmaron tanto en su infancia, como en su adolescencia y su madurez.

Ch.A.: Qué ganas de verlo, pero a ti, Gabriel, siempre te pedirán música popular salmantina quienes van a tus conciertos?

G.C.: Sí, por eso luego quiero hacer un repertorio muy relacionado con Salamanca, pero ahora reivindico con este trabajo la conexión que Lorca tuvo con la tierra, con todo lo que recrea a través de la historia cantada en forma de romance, como la de Mariana Pineda, la heroína que murió en el garrote vil.

Ch.A.: Me estoy acordando de mi amiga, la poeta valenciana Pilar Molina, siempre lorquiana? ¿Qué tiene Lorca, Gabriel?

G.C.: Lorca tenía un magnetismo increíble, aparte de escribir maravillosamente, irradiaba una atracción de la que era consciente. Era un conquistador de la modernidad española que conectaba con la tradición oral que expresaba con la frase "Por las calles del pueblo me encontrarás". Él no se olvidaba que antes que nosotros existían otros.

Ch.A.: ¡Y eso es vital para un folklorista! Pero no solo era propio de Lorca, eso caracterizaba a todos los poetas del 27.

G.C.: Los autores del 27 eran niños ricos fascinados por la modernidad y por la tradición, sí, pero yo admiro de Lorca esa sensibilidad especial. Y repito, esa vinculación con el Romancero, que es única, y ese interés por el cancionero popular salmantino. De ahí que recojamos 'El romance de Don Boyso', que investigó Federico de Onís, 'La dama y el pastor' que aparece en Yerma, el poema que cuenta la historia de Santa Irene, que Lorca utilizó en un montaje sobre Juan del Enzina que hizo para su grupo teatral La Barraca, el romance de Gerineldo que usó en 'Bodas de sangre'? la vinculación de Lorca con todas estas obra es increíble, os reitero la grabación que hizo en 1931 con la Argentinita que era una colección de canciones populares antiguas.

Ch.A.: Lorca siempre va a seguir sorprendiéndonos.

G.C.: Siempre, mirad, ahora tengo que ir al Centro Gallego a que me ayuden con la pronunciación correcta de unas palabras. Canto en gallego 'Estando cosendo' una de sus piezas en gallego y tengo dudas con ciertas pronunciaciones. Lorca tenía una devoción increíble por Rosalía y el cancionero gallego, por eso me apetecía cantar en esta lengua. Es una historia tremenda, llega un señor a la casa donde hay tres hijas, y viola a una de ellas. Es una historia para enseñar a las niñas que no se dejen raptar.

Ch.A.: Eres un perfeccionista que no dejas nada al azar. Y Lorca un poeta que lo mismo escribía poemas gallegos como romances o lírica arábigo andaluza?

G.C.: Él proyecta la tradición, y en este caso, la tradición salmantina. Ese es el concepto. Lo culto y lo popular, la inspiración y el trabajo erudito trenzados en la cuerda que nos une, presente y pasado, ala y raíz. Afuera, cae la noche sobre una Salamanca donde reluce, lingote de luz, la maravilla colorida de La Casa Lis. De un solo latido, se encienden las piedras doradas del alto soto de torres unamuniano. Entre sus calles, pasea un poeta granadino al ritmo del cancionero de Dámaso Ledesma, folklorquiando?

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