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Escucho, en el bar de Emilio, un cachito del debate de investidura. Pocas veces he sentido tanto desdoblamiento de personalidad como ayer. Resulta, que por no votar a las derechas o a la extrema derecha, soy rompedordEspaña-herederodETA-separatista-antidemócrata-venezolanoeiraníalcincuentaporciento (un instante de respiro y vuelvo a tomar aire). Soy amigodelostraficantesdepersonas-traidoramipatria-encubridordedelincuentesextranjerosymenoresdedad-vendedordEspaña?
Democracia y pataleta deberían ser términos contradictorios, pero se consagra la ira en el Congreso de los Diputados. Democracia y caber perder, deberían ser términos sinónimos, pero hay una derecha visceral, insultante, desaforada, que pretende ganar lo que no obtuvo en las urnas a fuerza de insultos y descalificaciones.
Triste democracia esta en la que, los que más gritan defenderla, más alejados están de ella.