Emilio Pérez, secretario general de CCOO Salamanca. Fotos: Lydia González


LOCAL
Actualizado 03/01/2020
María Fuentes

Asegura que en Salamanca "tenemos demasiada dependencia del sector servicios y eso hace que los contratos sean muy numerosos en cantidad, pero tremendamente precarios en calidad. Necesitamos fortalecer nuestro tejido empresarial"

CCOO Salamanca ha terminado el año con un crecimiento del 6% en la afiliación. Este crecimiento les viene acompañando desde finales de 2015 y se produce, fundamentalmente, por la atención sindical que prestan, por la seguridad jurídica que ofrecen y por la capacidad de denuncia ante la Inspección de Trabajo que siguen ejerciendo.

Han terminado el año con más de 700 delegados de personal en la provincia, elegidos en el último proceso de elecciones sindicales en las empresas, con un porcentaje de representatividad del 41% seguido por la siguiente organización sindical que tiene un 28% de representación. Se siguen manteniendo unos porcentajes de participación en las elecciones sindicales de en torno al 80% de los trabajadores y trabajadoras en las empresas, afiliados o no. "Seguimos siendo el primer sindicato de esta provincia, de esta Comunidad Autónoma y de este país y este logro, supone una mayor responsabilidad a la hora de afrontar los conflictos y los espacios de negociación en los que participamos", afirma Emilio Pérez Prieto, secretario general de CCOO de Salamanca. Hablamos con él.

La última entrevista que tuvimos fue en agosto, y 4 meses después, hay cosas que no han cambiado. Seguimos sin Gobierno. ¿Cómo está afectando esta situación política a los trabajadores?

Estar sin gobierno en nuestro país supone la parálisis de nuestro marco y espacio legislativo, no siempre sirve aprobar nuevas leyes a través de Reales Decretos. El debate político, entre otros, es la esencia del estado democrático. Necesitamos un gobierno para poder acometer las reformas legislativas necesarias que posibiliten cambiar aspectos fundamentales de la vida de las personas. Nuevos presupuestos, acordes a la situación real de nuestra economía; un nuevo Estatuto de los Trabajadores que se adapte a la realidad laboral y del tejido productivo de nuestro país; reformas fiscales, necesarias para redistribuir la riqueza de una forma más justa, equitativa e igualitaria entre quienes realmente están teniendo importantes beneficios económicos y quienes siguen instalados en una "crisis" permanente.

Un nuevo gobierno debe dar tranquilidad a la ciudadanía y recuperar definitivamente el prestigio de la clase política, tan denostado como consecuencia de haber demostrado que ponen por delante los intereses personales y de los partidos políticos en lugar de hacer prevalecer los intereses de la ciudadanía.

¿Cómo se afronta el año 2020 respecto al empleo?

Con mucha incertidumbre, sobre todo para el empleo en nuestra provincia, donde nada está cambiando. A pesar de aumentar considerablemente el número de contratos que se realizan, el empleo que se genera es inestable, temporal y precario. Seguimos manteniendo unos porcentajes de temporalidad inasumibles, con una media del 8% de contratos indefinidos frente a un 92% de contratos temporales. Siguen en desempleo más de 22.500 personas en nuestra provincia, más de 9.000 hombres y más de 13.000 mujeres. El 50% de las personas desempleadas no cobra ninguna prestación y la economía sumergida sigue creciendo sin control alguno.

Tenemos demasiada dependencia del sector servicios y eso hace que los contratos sean muy numerosos en cantidad, pero tremendamente precarios en calidad. Necesitamos fortalecer nuestro tejido empresarial, en este año hemos perdido 72 empresas y 173 trabajadores autónomos.

Los agentes sociales y económicos debemos trasladar seguridad a las empresas y a los trabajadores, debemos hacer propuestas de crecimiento empresarial y de mejora de salarios y condiciones laborales. Debemos hacer un importante esfuerzo para demostrar que somos útiles y necesarios para conseguir que la calidad de vida de la ciudadanía cambie para mejor.

El PSOE y Podemos, si logran el acuerdo de gobierno, estudian una nueva subida del salario mínimo a 1.000 euros. ¿Cuál es la opinión de CCOO a este respecto?

Está claro que nuestra opinión es a favor de esta medida. Además, en el último Acuerdo Nacional de Negociación Colectiva que firmamos a principio del 2019 con CEOE y CEPYME, ya se recogía esta medida, mínimo de 1.000? mensuales de salario y mínimo 14.000? anuales. Seguimos por debajo de los Salarios Mínimos Interprofesionales de gran parte de los países de nuestro entorno. La última subida del SMI no ha supuesto pérdida ni destrucción de empleo, este mantra económico, que se ha divulgado por la sociedad, se ha desmontado fulminantemente. Ganar más supone mayor consumo, mayor calidad de vida, mayor actividad económica y más incrementos para la Seguridad Social y la Hacienda Pública. Empobrecer a la clase trabajadora, como se ha hecho desde el 2010 no ha servido ni para salir de la crisis ni para que mejore la salud de la economía de este país.

Aparte de eso, ¿es urgente para CCOO derogar y modificar en profundidad las reformas laborales? ¿Por dónde empezar?

Es fundamental negociar y acordar un nuevo Estatuto de los Trabajadores. Hasta entonces, porque esto puede ser un trabajo lento y tedioso, hay que modificar nuestro actual Estatuto en aspectos fundamentales como son los modelos de contratos actuales, son demasiados, generadores de precariedad, propician la contratación en fraude de ley y no garantizan estabilidad; hay que garantizar el derecho a la negociación colectiva, que prevalezcan los convenios colectivos de sector frente a los de empresas y que su vigencia esté garantizada hasta la existencia de un nuevo convenio y, por último, hay que reducir las causas que justifiquen los despidos por causas objetivas, a día de hoy la ley permite "el despido libre" y "casi gratuito".

Del mismo modo, hay que reformar determinadas medidas sobre la protección social de las personas desempleadas y fortalecer y reforzar el papel sancionador de las Inspecciones de Trabajo. Por desgracia, seguimos siendo capaces de negociar y firmar los convenios colectivos que nos corresponden, pero seguimos sufriendo una legislación laboral que permite que los acuerdos individuales, entre empresarios y trabajadores, hagan inaplicables estos convenios deteriorando y precarizando las condiciones laborales por debajo de dichos convenios colectivos.

En estas fechas navideñas, las condiciones del sector de la hostelería son precarias en muchas ocasiones, en Salamanca siendo un motor económico clave. CCOO reclama un nuevo convenio. ¿En qué se basa?

La hostelería junto con el comercio son las dos actividades económicas más potentes del sector servicios en nuestra provincia que es el generador de casi el 62% de nuestra actividad económica. El subsector de la hostelería necesita un convenio colectivo que garantice la fijeza de la contratación, no podemos seguir permitiendo que la ley ampare que se contrate a las personas un viernes y se les despida un lunes semana tras semana. Debemos ser tajantes con el cumplimiento del Registro Obligatorio de la Jornada Diaria de Trabajo, la eliminación de las numerosas horas extraordinarias que se realizan, acabar con los contratos temporales y a tiempo parcial, cuando sabemos que se hacen jornadas completas y no se abonan.

Tenemos buena sintonía con la Asociación de Hostelería de Salamanca y coincidimos en que estas medidas deben ser abordadas de forma inmediata, por el beneficio de los trabajadores y trabajadoras y para acabar con la gran competencia desleal que existe entre las empresas. Hay que recordar que este convenio colectivo regula las condiciones laborales de cerca de 8.000 personas en Salamanca.

¿Qué le reclama con prioridad CCOO Salamanca al equipo del Gobierno del Ayuntamiento de Salamanca?

En primer lugar, que garantice los servicios públicos y el empleo público, desde una gestión directa de los servicios que se prestan y que se comience a pensar en devolver a la gestión pública directa los servicios privatizados desde hace años, limpieza, autobuses urbanos, gestión del agua, señalización viaria, obras, piscinas municipales, etc. En segundo lugar, que se tome en serio, de una vez por todas, la importancia que tiene el Diálogo Social con las organizaciones sindicales y empresariales. Somos capaces de llegar a acuerdos importantes, con la voluntad de cambiar y mejorar la vida de las personas y de las empresas, pero no tenemos ningún conocimiento de cómo se gestiona el dinero que se contempla en los acuerdos, ni se nos da información del seguimiento de las medidas que se toman.

No está en la mano de la Corporación municipal el crear empleo en las empresas privadas, pero sí que está en su mano, junto con las organizaciones sindicales, decidir de qué forma se apoya a las empresas, cómo se potencia la contratación y se garantiza el cumplimiento de los convenios colectivos. La administración local es la más cercana a la ciudadanía y no se puede seguir gobernando un ayuntamiento de espaldas a la sociedad que se representa y a la que se le cobran impuestos, tributos y tasas.

El perfil oficial de CCOO afirma que el deseo de este sindicato es lograr "una sociedad más justa, inclusiva, igualitaria y solidaria". ¿Es viable?

Claro que es posible y necesario. CCOO es una organización sindical socio-política y nuestra responsabilidad pasa por rentabilizar y aprovechar los espacios de diálogo y de concertación social para conseguir todo aquello que mejore la vida de las personas, sin tener en cuenta su género, su raza, su procedencia ni su edad. Nuestros principios fundamentales en la acción sindical, pasa por la negociación, la reivindicación y la movilización, si es necesario. Por eso planteamos con firmeza, que hace falta una nueva legislación fiscal que redistribuya la riqueza, debemos garantizar la negociación colectiva para implantar los Planes de Igualdad en las empresas necesarios para acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres, debemos seguir defendiendo modelos de relaciones laborales que exijan la diversidad, debemos ser inclusivos, solidarios y hacer que prevalezcan los valores fundamentales que se definen en nuestra Constitución.

Hemos superado los peores momentos de descrédito de las organizaciones sindicales, sobre todo después de los ataques que hemos sufrido por parte de los gobiernos conservadores que hemos tenido y por las injustificadas campañas de desafección sindical que se han llevado a cabo por determinados medios de comunicación nacionales, correligionarios de la clase empresarial más autoritaria y contraria a las políticas sociales.

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