Santiago de la Puebla se llenaba hasta la bandera este sábado para vivir la detallista transformación realizada a través de su Belén Viviente, que este año ha cumplido su séptima edición. La Plaza Mayor se presentaba engalanada y transformada en la histórica localidad para vivir la entrega de presentes al recién nacido Jesús, en la teatralización del misterio de su alumbramiento, que volvía a convertirse en el epicentro de la atención de toda la provincia gracias a una cuidada y artesanal puesta en escena.
Más de 80 personas participaron en la representación, que contaba con novedades como la inclusión del puesto de Alfarería, al que se sumaron más de una docena, componiendo una imagen que devolvía a los visitantes a la época originaria, mientras los participantes paseaban ataviados con trajes de época mientras desarrollaban las diferentes
labores en cada puesto.
Una representación que tenía su mayor atención fijada en la visita y entrega de las ofrendas al recién nacido, quien esperaba las llegadas junto a su familia en el Portal, instalado junto al Ayuntamiento y lugar hasta el que peregrinaban fieles y como no, los Reyes Magos.
Tras la entrega llegaba el final y con él la apertura del decorado para que todos los visitantes pudieran pasear y visitar cada rincón, mientras se ofrecían diferentes degustaciones de productos, entre los que no podían faltar los 'cuquillos' el rico dulce con sello santiagués, y todo entre un gran ambiente festivo, otra de las características de este montaje que ya se ha consolidado dentro del circuito belenístico y que este año cuenta además con el apoyo de la Diputación de Salamanca.