Allí donde nace y se repara la vida de los niños se produce año tras año un gran espectáculo, el del nacimiento y la vida
De nuevo, como cada diciembre, la planta de pediatría se viste de fiesta, de luces y de colores. El motivo, la Navidad.
Allí donde nace y se repara la vida de los niños se produce año tras año un gran espectáculo, el del nacimiento y la vida que, como cada Navidad, dibujan y dan color Raquel y Rosa, las maestras del cole del hospital.
En contraste con el tiempo frío y desapacible de fuera, en la planta se vive un ambiente cálido y acogedor (todo lo posible en un hospital) empezando por las figuras del Belén, hechas con manoplas y calcetines, como las que mantienen calentitos a los más pequeños. De puertas hacia dentro pediatría y su Belén trasmiten el calor familiar, la emoción y la magia del nacimiento, el cobijo y apego, a su alrededor pequeños angelitos de todas las edades que visten sus caritas con sus sonrisas de gala para dar la bienvenida al Niño. El cielo de este Belén es el más brillante pues sus estrellas, las que por allí han ido pasando, han dejado una luz inmensa.
Esta Navidad resalta la calidez de las figuras y, como siempre, de las personas que cuidan de nuestros niños, sus manos tendidas y sus corazones que siempre arropan.