Otro que se suma a la temporada musical salmantina es el gran Quique González. Lo hará el próximo día 16 en el CAEM a las 21.00 horas. Un músico imprescindible que trae en su amoroso regazo un disco con apenas un mes de vida. Las palabras vividas es el fruto de la colaboración entre Quique González y Luis García Montero. Dos amigos que quedaron irremediablemente unidos cuando, hacen ya unos cuantos años, el primero se inspiró en un poema del segundo para componer Aunque tú no lo sepas. La canción era para Enrique Urquijo, que la hizo eterna con su banda de aquella época: Los Problemas.
Con ese punto de partida, ¿qué puede salir mal? Pues? todo, la verdad. Es mucho más difícil mantenerse que llegar. Siempre. Pero no es el caso. Aquella canción, historia ya de nuestra música, supuso el comienzo de una carrera musical llena de éxitos y reconocimiento, así como de una amistad que, por lo duradera, supongo más que fructífera.
Pues bien, aquí tenemos el álbum en el que convergen de nuevo las carreras profesionales, incuestionables a estas alturas, de aquellos dos jóvenes creadores. No olvidemos mencionar que Luis García Montero es, a día de hoy, Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada y Director del Instituto Cervantes, amén de poseedor de una extensa y laureada producción como poeta.
Luis ha puesto las letras y Quique la música. No se trata de poner música a un cancionero, que tampoco es que sea algo sencillo, si no de acompañar con música unos versos creados para ser canción. Pero una canción que el poeta desconoce. Poesía musical, si algo así existe. No tiene que resultar nada sencillo trabajar así. Prueba de ello es que les ha llevado años darle al proyecto la forma que gozamos hoy. Es un trabajo muy íntimo. Pero no con esa fingida intimidad de los artistas de masas. Puedes cerrar los ojos mientras lo escuchas y sentir que estás en su casa, en Cantabria. Maldita sea, hasta puedes sentir como, después de un par de temas, la niebla de la portada te va calando los huesos. De verdad, que alguien lo intente, sin complejos, no es hablar por hablar. Por todo esto la gira va a realizarse exclusivamente en teatros. Para ayudar a crear esa atmósfera. Para que el público escuche, vea y sienta hasta lo más hondo de la obra. Que esto no lo dice él, vaya, que es mi opinión, un poco cursi pero realmente emocionada. Está claro que no estamos ante un álbum concebido ni parido para ser un superventas. No será lanzado al vuelo para el alborozo despiadado de los cazadores de hits.
Supone un cambio de registro, en realidad brusco y necesario, para alguien que llevaba ya unos años sin parar de hacer rock por los estudios, salas de concierto y festivales. Como aquel MadCool de 2017 que le dio para un doble disco en directo después de que el cielo casi cayese sobre nuestras cabezas, como cuentan de manera genial en el libreto. No lluvia, diluvio. Chuzos de punta, y hasta romos, cayendo sin piedad ni orden durante todo el día para ir a detenerse, vaya usted a saber por qué, cinco minutos antes de que Quique González y su Detectives saliesen a escena.
Quizá haya siempre algo de magia en sus bolsillos.