(José Luis Mateos, pura pasión taurina, marchó ayer...y la pena se agranda por momentos)
Yo no sé cómo empezar esto amigo. Como construir líneas de palabras en la pantalla del ordenador cuando la pena que siento hace temblar los dedos sobre las teclas. Un año más que yo (61), de mi quinta casi?tantas veces coincidimos en los recodos del camino, y siempre con el apego inclemente y feliz a la fiesta de los toros, a la afición, tú a enhebrar con oficio y conocimiento esa tela de araña que supone las mil cuestiones necesarias para que un espectáculo se ponga en pie, resista el peso popular de la magia que imana del toro y el toreo y eso que hacen juntos cuando se entienden. Contactos inevitables en cenas, coloquios etc?viajes, carretera, únicos siempre (como con tu padre Silvestre) por esta pasión taurina que puede con todo.
Y tu compleja salud siempre en vilo, siempre haciendo equilibrios. Al final, tan de repente, tan inesperado?quienes te apreciamos de verdad, hablo en presente, y somos muchos créetelo amigo, tenemos hoy y nos durará mucho, una pena pesada donde el olvido no echará raíces. Tenlo por seguro.
Yo le digo siempre a mi hijo que poco puedo enseñarle. Sólo una cosa: sé buena persona. Y tú lo eras, un tío, en mi conocimiento cercano, noble y cariñoso. De casta le viene al galgo Serás siempre mi mejor recuerdo como persona. Hoy, mi pena más grande y mi dolor más profundo.
Hasta siempre amigo.