OPINIóN
Actualizado 06/11/2019
José Amador Martín

La afirmación de la poesía como el arte de leer la caligrafía de lo invisible, se podría extender a todas las expresiones del Arte, ya que siempre la inspiración del artista es la expresión de lo invisible a los ojos de los demás.

Susan Sontag en La estética del silencio nos dice: "El silencio es el supremo gesto ultraterreno del artista: mediante el silencio, se emancipa de la sujeción servil al mundo, que se presenta como mecenas, cliente, consumidor, antagonista, árbitro y deformador de su obra", esta afirmación se puede interpretar afirmando que sólo en la medida en que la obra sea capaz de verse exenta de algo que decir de ella, la obra es? el poema existe? sin que se diga nada sobre él, el óleo es bello sin que haya alguien que diga algo de él, él existe ya en la admiración pura de quien lo contempla. Es una forma sublime de tasar el arte no por lo que se dice de él sino por lo que no se dice, por lo que de él percibe quien lo toma y lo hace suyo.

Alejo Carpentier afirma "Silencio es palabra de mi vocabulario", es decir cada artista puede tener algo qué decir con sólo callar. Desde la música, el concepto de silencio puede ser entendido como la ausencia del sonido, en el caso de la literatura en general y de la poesía en particular, la ausencia proviene de la palabra. Dicha ausencia no significa carencia de posibilidades comunicativas, ya que el silencio se encarga de comunicar un decir distinto, Al silencio se le puede considerar un elemento útil en la construcción y desarrollo del poema por la ausencia de la palabra, la aparición de ésta nos remite a la presencia de las cosas.


No existirían las palabras si no se pudieran contrastar con la inexistencia de ellas, es decir, con esa forma de silencio. Por ello el poeta no sólo expresa con lo que dice sino con lo que su silencio expresa.

Jorge Eduardo Eielson dice; "La poesía se sirve de las palabras para hacerse comunicable. Ellas son un medio de expresión, no la expresión misma. Mucho menos la poesía misma. Superado el medio de las palabras, la poesía reina ilimitada y se confunde con la esencia de las cosas. La poesía, por lo demás, puede prescindir de las palabras (pintura, escultura, música, danza, religión, magia)"; nos da a saber que para la poesía, las palabras son sólo un medio, son sólo aquello que el poeta usa para manifestar su existencia, siendo a la vez el poeta un medio más, pues la poesía existe con o sin el poeta, con o sin las palabras, es "la esencia de las cosas". Bella forma de decir sobre lo que la poesía puede ser. Se implica en estas afirmaciones la existencia del silencio para que existan las palabras, para que la palabra justifique la existencia de la poesía.

"El silencio no puede ser concebido como el mero acto de renunciar a hablar. Menos aún bajo la idea de dejar de comunicar, Stéphane Mallarmé (1842-1898) demostró inquietud por establecer una poética del silencio que, a la vez, deriva en un lenguaje del silencio. Este silencio es, así, un complemento de lo que se dice y no una oposición". Como diría Octavio Paz: "Oír los pensamientos, ver lo que decimos / tocar / el cuerpo de la idea"

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