Ni el frio helador propio del invierno más crudo ni la intensa lluvia fina han podido con la solidaridad y las ganas de echarse a andar por una buena causa este domingo, fecha elegida para la celebración de la XII Marcha de Acopedis.
Una gélida mañana en la que el chocolate con bizcochos servía de calentamiento para las más de 400 personas que se daban cita desde las diez de la mañana en la Plaza de España para participar en este clásico evento benéfico, al que han acudido peñarandinos y vecinos de numerosos puntos de la comarca y la provincia.
Los Cabezudos y los sones festivos del grupo de dulzaina Alborada servían de previo, mientras se repartían los chocolates y se vivía una frenética actividad en la mesa de inscripción, disponiéndolo todo para realizar la salida, pasadas las diez y media de la mañana.
Debido al mal tiempo, la organización se veía obligada a modificar el recorrido previsto, acortándolo a poco más de 3 kilómetros, que disc
urrían íntegramente por suelo urbano y terminando en el pabellón Miguel Ángel Jiménez Barcala, en el que tenía lugar la fiesta final y en la que no faltaron los dulces, dispuestos en la puerta principal, las actividades y los hinchables de Animaciones Karikatura, además de la música y el buen ambiente festivo, que prologaba la actividad hasta bien entrado el mediodía.
La edición de este año ha tenido un marcado objetivo de concienciación e información ya que desde Acopedis quieren dar a conocer su novedoso servicio de Asistencia Personal. Se trata de un sistema de ayudas individualizadas que se adaptan al lugar y las necesidades del solicitante, abarcando todos los colectivos, desde niños, pasando por personas mayores o personas con discapacidad, necesitando para ello como único requisito para acceder a ellas el tener aprobada la ayuda a la dependencia. Toda la información sobre el programa, como solicitarlo y como poder acceder a su bolsa de asistentes ya se ofrece en la sede de la organización, en la calle Campo Charro en Peñaranda