10 claves para comer sano todos los días

¿Comes sano? No solo se trata de lo que comemos, sino cómo lo comemos y cuándo, porque tan importante como seguir una dieta rica, variada y equilibrada ?apostando por los alimentos frescos y de temporada-, es adoptar unos horarios regulares de comidas (5 al día, incluyendo el desayuno, tentempié a media mañana, comida, merienda y cena) y no saltarse ninguna (si lo haces, lo único que conseguirás es llegar a la siguiente comida con más hambre o dedicarte a picotear entre horas, y eso engorda y desequilibra la dieta). Aquí tienes las 10 claves para comer sano todos los días.

1. No comas nada que a tu abuela no le parezca comida: A la hora de hacer la compra, es mejor evitar aquellos productos alimenticios nuevos que tu abuela no reconocería como alimentos (alimentos con alto contenido en aditivos químicos, azucares añadidos, grasas y sal; alimentos que suelen ser además muy calóricos y que aportan muy pocos micronutrientes). Antes de depositar un alimento en la cesta de la compra, conviene leer las etiquetas.
2. Evitar los alimentos envasados con 5 o más ingredientes: A mayor número de ingredientes, más posibilidades de que el alimento en cuestión haya sido sometido a un alto grado de procesamiento.
3. Comer alimentos que puedas imaginar crudos: Elige, siempre que sea posible, alimentos naturales y deja de lado los industriales. El grueso de una dieta sana debe incluir frutas, verduras, cereales, carne y pescado. Al hablar de productos manufacturados hay que hacer distinciones. Así, por ejemplo, un yogur desnatado con soja o con estanoles vegetales es perfectamente saludable. Luego sí, hay alimentos envasados, como la bollería industrial, que contienen grasas hidrogenadas artificiales que no son recomendables.
4. Colorido en los platos: La gama de colores de las hortalizas, frutas y verduras es el mejor indicador de lo saludables que son sus componentes. Así, por ejemplo, el olor, sabor y color de las frutas y verduras se debe a la presencia de unas sustancias llamadas foto
   químicos y que tienen, entre otras propiedades, antioxidantes y desintoxicantes (licopeno del tomate, betacaroteno de la naranja y la zanahoria, la luteína del kiwi?).
5. Ojo con los productos light: Light no es sinónimo de adelgazante, ya que aunque se elimine la grasa de un aliento, pueden quedar otros componentes (hidratos o azúcares) que también engordan. La normativa sobre etiquetado de alimentos establece que un producto es light cuanto su aporte calórico se ha reducido en un 30% o más. A la hora de comprar un producto light, fíjate también en si contiene hidratos de carbono (azúcares simples).
6. Comer en platos más pequeños: Reducir las raciones comiendo en platos más pequeños. Según los expertos, nos ayuda a comer menos debido al efecto visual, lo que hace que nos sintamos llenos mucho antes.
7. Snacks y bollería, solo si es casera: Comer dulces, unas patatas fritas o un helado, mejor si los preparas en casa en lugar de envasados. Las patatas fritas hechas en casa con aceite de oliva y los bollos caseros son infinitamente más saludables. Esto no quiere decir que se puedan comer todos los días, sino con moderación y en cantidades razonables para no engordar.
8. Comer por hambre, no por ansiedad o aburrimiento: En ocasiones comemos simplemente por aburrimiento, estrés o ansiedad. ¿Cómo saber si realmente tienes hambre? Piensa en una manzana, si te apetece es que sí.
9. No saltarse el desayuno: Empezar el día con un desayuno completo para cargar los depósitos de energía y, de ahí en adelante, ir reduciendo la ingesta calórica, hasta llegar a la cena. Comer demasiado antes de ir a dormir aumenta el nivel de triglicéridos.
10. Date una alegría de vez en cuando: Si cada día controlas tu dieta, un desliz está permitido e, incluso, es recomendable. Hay que adoptar una actitud relajada ante la comida, no obsesionarnos, y alguna que otra vez trasgredir las normas sin que eso suponga un problema para mantener la dieta.