OPINIóN
Actualizado 11/10/2019
Manuel Rodríguez Fraile

El mayor enemigo del conocimiento no es la ignorancia, sino la ilusión del conocimiento. Stephen Hawking

España, tras 8 largos años de ausencia, vuelve a ser donante del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, organismo del que llegó a ser quinto donante en los buenos tiempos. El Presidente en funciones, Pedro Sánchez, se comprometió durante el transcurso de la Asamblea General de Naciones Unidas celebrada en Nueva York hace unos días, a aportar 100 millones de euros en tres años. Además, aseguró, que contribuirá con otros 100 millones en cinco años al Fondo Conjunto para avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Muchas fueron las organizaciones sociales que, desde la retirada de nuestro país como donante en 2011, vienen pidiendo el regreso al Fondo. Han sido años de duro trabajo no solo de protesta también de propuestas conjuntas, de negociaciaciones y de incidencia en muchas esferas de decisión. Un trabajo oscuro, tedioso y desconocido por muchos aunque si, por fin, en los próximos presupuestos generales la partida comprometida por el ejecutivo se ve reflejada, todo habrá merecido la pena y este logro será una nueva demostración de que la sociedad civil organizada es capaz de alcanzar objetivos justos y viables para muchos millones de personas, y digo justo porque se trata de hacer justicia social y no caridad mal entendida.

Otra buena noticia, que demuestra que la acción civil ejercida por vías democráticas resulta útil, es que la Mesa del Congreso admitió una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) impulsada y avalada por la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid, junto a la Asociación por un Acceso Justo al Medicamento, el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina, medicusmundi, la Fundación Civio, la Plataforma de Afectados por Hepatitis C y Salud por Derecho; para que el precio que pagamos por los medicamentos sea razonable y justificado, no establecido de forma arbitraria y con criterios de obtención de beneficios por los laboratorios farmacéuticos, además los ciudadanos podremos conocer la cuantía de la inversión que hace el Estado en los medicamentos que adquiere para su Sistema Nacional de Salud, pues hasta la fecha esta información era prácticamente imposible de obtener.

El primer resultado de esta larga demanda social ha sido que el Ministerio de Sanidad, al informar sobre los acuerdos de la reunión del pasado mes de mayo de la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM), no sólo ha realizado, como era costumbre, una sencilla y escueta referencia a las decisiones tomadas, sino que ha proporcionado acceso público al contenido del acta que refleja los acuerdo adoptado[2]. Saber los que nuestros dirigentes hacen con nuestros impuestos es un derecho.

Pues bien, el caso es que este tipo de noticias debiera tener una mayor difusión, pero desde hace ya varios años vivimos unos tiempos en que nada de esto parece interesar y nos vemos inmersos en un eterno día de la marmota. Y es que algunos grupos sociales, como políticos, tertulianos, famosillos y alguna que otra fauna mediática, se han convertido en especies invasoras ? como las cotorras argentinas - de todo aquello que supone una buena noticia y no tenga que ver con sus aspiraciones. No les intersa alentar una opinión crítica, formada y comprometida socialmente, así que han colonizado con temas insustanciales y banales unos medios de comunicación excesivamente preocupados por los índices de audiencia.

Cuando todo esto lo situamos en un período preelectoral dominado por rencillas personales, postureo, debates judicializados y faltos de altura, promesas vacías y mucha mucha falta de educación; se produce una colisión cósmica que genera un agujero negro a cuya atracción nada puede escapar. La gigantesca fuerza de gravedad del lado oscuro absorbe cuestiones tan relevantes para la ciudadanía como el paro y sus consecuencias, la vivienda y los desahucios, el trabajo y las condiciones laborales, la educación y su normalización, la salud y la cobertura sanitaria o cualquier buena noticia que ose saltar a la palestra, cubriéndolo todo en una preocupante negrura. ¡Pero hombre, si estos días oigo más hablar de Franco que cuando estaba vivo!

Pero en la vida cotidiana, siempre ha sido así, suceden cosas buenas y malas. Yo prefiero fijarme en las primeras, que las hay, porque es la única forma de tratar de superar las segundas. Me preocupa que de no hacerlo así el agujero negro del caciquismo mediático termine por tragarme.

Emiliano Zapata uno de los líderes campesinos e importante figura de la Revolución mexicana afirmaba que: La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía. Pues dicho queda.

La Constitución española de 1978 prevé este tipo de acción de la sociedad civil en su artículo 87.3 y siguientes para presentarla se requieren 500.000 firmas acreditadas de ciudadanos.

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