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Emilio, el camarero, está de morros esta mañana. Rivera, que en otro tiempo se adueñó de su corazón, ha anunciado que está dispuesto a besarse con el PSOE si?
Emilio, que hoy se siente mas cerca de Vox que de Ciudadanos, no termina de entender que no cambia nada, que puede estar tranquilo, que las políticas van a ser las mismas y que la España de la Reforma Laboral y el rescate a la banca va a seguir siendo lo que es, lo que era.
Claro que Emilio, como tantos otros, no ve lo que tiene delante: precariedad, crisis, recortes de derechos, recortes económicos. Emilio, el camarero, se deja seducir por miedos irreales y se imagina, junto a los embaucadores, iglesias ardiendo en el siglo XXI, curas arrojados a pozos de azufre y jóvenes tranquilas acusadas de torturar, matar y violar.
Emilio es el dormido perfecto que, con su voto, camuflará a la derecha y desteñirá a un PSOE que dice ser de izquierdas pero se prepara, una vez más, a gobernar bajo los mandatos del dinero y las grandes empresas.