La Plaza de la Constitución volvía a ocuparse casi por completo un año más durante la celebración de la ya tradicional paellada festiva, uno de los actos más multitudinarios del día grande en honor a San Miguel Arcángel.
El restaurante El Oso y el Madroño era el encargado nuevamente de realizar la gran paella, que se servía en la plaza Agustín Martínez Soler, en puntos dispuestos para el servicio, mientras largas mesas se dispo
nían bajo los soportales del ágora en las que más de 1.000 personas disfrutaron de este plato, que llevaba un coste de 3 euros que serán íntegramente destinados al Proyecto Iconográfico de la iglesia parroquial San Miguel Arcángel.
Un acto, ya inamovible dentro del programa oficial, que colgaba nuevamente el 'no hay billetes' generando además un gran ambiente en el conjunto de las Plazas, trasladado a numerosas zonas de la ciudad ya durante la sobremesa.