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Para que veas -le digo a Emilio- que no siempre los contratos precarios son bazofia. Ahí tienes a las diputadas y a los diputados, a las senadoras y a los senadores con un contrato de pocos meses, y con un sueldazo por no hacer nada.
Ni una ley han aprobado, oye. Ni una.
Y ahora, con suerte (para ellos) repiten lista, consiguen plaza en las Cortes y a seguir viviendo de un cuento feliz con banquete y todo.
Las perdices, para ellos. La factura ya nos la pasarán a nosotros.