"El torero constituia una manifestación popular porque se presentaba al público con naturalidad, cuando iba a algún sitio, pertenecía por completo a amigos y aficionados"
AL HILO DE LAS TABLAS
SUCESOS ALEGRES
La plaza de toros, sobre todo la plaza llena (con gentes de antes), era un autentico hervidero donde se cocían pregones, conversaciones, palabras gritos, saludos y pronósticos.
Las plazas de entonces, estaban vivas, alegres y llenas de otros aromas menos sintéticos y escogidos. En sus tendidos podíamos oír curiosidades y sucedidos como por ejemplo."!Hagan el favor de devolver el casco porque cuesta una peseta... ¡". "¡Bombón helado, cacahuetes!", así como los comentarios sobre el tiempo que faltaba para empezar el festejo, ¿quién preside, quien asesora?
También se escuchaba; "¿quieren sentarse, por favor? Es que estan saliendo las cuadrillas y queremos ver el paseíllo y los trajes". Y también casos de lo más variopinto. A un matrimonio le han vendido las localidades separadas, partidas por la escalerilla. Al marido le da igual, pero la señora se resiste al momentáneo divorcio. "! Quiero ver la corrida al lado de mi esposo!" grita. Pero el espectador a quien sugiere el cambio se niega a ello: "Mire usted, lo siento mucho, pero a mi, la entradita al lado del escalón no, porque me ponen la chaqueta perdida de pisotones".
La señora insiste y como no tiene éxito afirma: "¡Es usted muy poco galante, que falta de cortesía!". Y el espectador sigue a lo suyo, sin hacer caso y procurando que no se le manche la chaqueta. Al fin los de la banda de la derecha hacen un huequecito y la esposa puede presenciar el festejo sin separarse de su maridito, que en premio la convida a un refresco y promete no encender muchas veces el puro para que no apeste.
¿Hoy es otra cosa? "se merienda bien, se beben cubatas, pisas chicles, se piden las orejas con un klennex, suena el móvil y las señoras ya no claman por sus maridos". Hemos mejorado mucho ? si señor-.
Fermín González.-salamancartvaldia.es