López Chaves pasea una oreja y por la espada la pierden Damián Castaño y Alejandro Marcos en una seria corrida de Adelaida Rodríguez pero de la que no destacó sobremanera ningún ejemplar
Chocarse contra un muro debe ser una sensación frustrante e insistente al ver de primera mano que no hay arreglo frente a lo que tienes delante. Chocarse contra un muro debe ser también una mezcla de impotencia y rabia combinada cuando los adentros arden de saber que tienes para dar y no te permiten que eso fluya. Chocarse contra un muro era hoy ver desde el tendido una entrega charra sin paliativos en tres conceptos que se toparon de frente con un encierro de Adelaida Rodríguez que fue solo fachada y únicamente sacó nota por su impecable presentación.
Una corrida seria por donde se mirara. De amplia encornadura. Con el primero de la tarde en el ruedo llegaron las primeras ovaciones para el ganadero. Merecidas. Salió por chiqueros un 'Cala-Poco' de cuajadas hechuras al que recibió López Chaves a la verónica para llevarlo después al caballo templado por chicuelinas al paso y una airosa media. Buen puyazo en el peto. El quite tuvo el sabor añejo ese que ya en Chaves es seña por el poso que le ha dado el pasar de los años. Siempre con regusto, muy torero. Su sentido de la lidia y la colocación para ejecutar por la mano diestra a media altura y torear con empaque en series al flojo pero noble que no acabó de entregarse. Todo lo hace el de Ledesma con despaciosidad y gusto para arrancar tras estocada entera la primera oreja en el esportón. Y en eso quedó, porque otro muro sin poder derribar fue la media altura frente al serio y cuajado 'Luna' que salió intacto del peto y perdió las manos sin poder trasmitir nada. Ayuno de fondo y poder, solo estampa otra vez.
Otra vez entrega sin peros vino también con un maduro Damián Castaño que fue sorpresa para muchos. A estas horas estará contrariado por esa sensación de impotencia que antes apuntaba, pero deben ser sus dos actuaciones un revulsivo para seguir apostando por la fe, porque siguiendo en esa línea el momento va a llegar. Su lote fue el más imponente en presencia. Aplaudido también de salida fue ese 'Forzudo' que le sirvió para presentarse en su Glorieta como matador de toros. Se encajó a la verónica para después lancear con gusto. Revolera de remate. El inicio de faena por alto al que apuntaba bravo y codicioso pero se apagó más pronto que tarde. Tragó y consintió para hilvanar. La muleta siempre puesta frente a un ejemplar de contado celo. Se entendieron por el derecho y se puso complicado por el izquierdo. Siguió aguantando parones y sólo el mal uso de los aceros le robó la oreja. Su segundo 'Malvillo' fue descompuesto y violento. Ritmos cambiantes y derrotes. Damián resolvió con la verdad de quién se lo jugaba todo ya a uno. Hubo parones, y los tragó también. Y hubo derrotes, y resolvió. El corazón arriba en un puño por la honradez que había abajo.
Abajo hubo clase también con un soberbio Alejandro Marcos. Salió 'Cazablanca' y unas templadísimas verónicas brotaron a compás mecido. La carta de presentación que reflejó su evolución a pesar de la falta de contratos. Devolvieron el animal tras dañarse una mano y a partir de ahí su lote no tuvo opciones. Ni sirvió 'Pionito' ni sirvió 'Fumado' pero sí sirvieron las formas de Marcos. La firmeza siempre para no descomponer nunca la figura. El valor para imponerse y cuajar a ese último magníficos derechazos con el sello de su clase, ese bajar la mano para seguir tragando y seguir imponiéndose. La suavidad en las telas para ganar el duelo, aunque la espada, otra vez, esfumó el triunfo que estaba ya ganado. Una pena.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Glorieta, Salamanca. Segunda de la feria de la Virgen de la Vega. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada. Toros de Adelaida Rodríguez.
López Chaves, oreja y ovación.
Damián Castaño, ovación y ovación.
Alejandro Marcos, ovación y silencio tras aviso.