Los novillos de la ganadería de Miranda de Pericalvo se resistieron a salir de la finca a pesar de los esfuerzos de los encerradores
La jornada del Lunes de Toros de Lumbrales ya empezaba con la incidencia de la lluvia que condicionó la presencia de público en las calles y en la plaza de toros. Pero las anomalías continuaron con el inicio del encierro, que se retrasó más de 40 minutos. Los novillos de la ganadería de Miranda de Pericalvo se resistieron en el apartado en la finca del Berzal, donde han pasado la noche junto a sus compañeros que saldrán mañana en el encierro. Finalmente los encerradores consiguieron hacer salir a los novillos de la finca, acompañados por siete cabestros.
Los astados iniciaron el recorrido hasta la plaza de toros, pero uno de los novillos se volvió y acabó por protagonizar un accidentado encierro.
En el cruce de la calle Las Cruces y la carretera de la estación, un joven, al parecer de Fuentes de Oñoro, resbaló, cayó y el toro le pasó por encima pinsándolo. El joven que sufría contusiones y un fuerte golpe en la cabeza, fue atendido en el quirófano movil en Lumbrales y finalmente ha sido trasladado al complejo hospitalarío de Salamanca.
Encierros y desencierros
Las incidecias continuaron en la calle La Fandanga, donde el novillo suelto se rompió un cuerno, dejando un reguero de sangre y resistiendose a seguir el recorrido, a pesar de las maniobras de los encerradores a caballo y de los corredores.
Hasta tres veces salieron los cabestros de la plaza de toros para guiar al novillo y otras tantas regresaron al coso tan sólo acompañados de los corredores. Tras estas intentonas fallidas, el novillo finalmente entró en el coso taurino, precedido de un nutrido grupo de corredores, una hora más tarde del horario previsto.